Daniel Sancho, condenado por lesiones, reaparece en bermudas y descalzo por videoconferencia desde la cárcel

Daniel Sancho, condenado por lesiones, reaparece en bermudas y descalzo por videoconferencia desde la cárcel

En bermudas, descalzo, con el pelo muy corto y moreno, sereno y correcto. Así ha comparecido por videoconferencia Daniel Sancho, desde una cárcel de Tailandia, en el juicio por lesiones celebrado en el Juzgado de lo Penal número 16 de Madrid en el que ha alcanzado un acuerdo con las acusaciones por el que ha sido condenado por un delito de lesiones a tres meses multa, en total 450 euros, y a una indemnización de 2.100 euros, que ya ha abonado, al joven al que dio un puñetazo en noviembre de 2019 tras saltarse la cola de taxis.

Por larazon.es





Sancho -en prisión desde agosto del pasado año por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta- presentaba un buen aspecto físico (acude regularmente al gimnasio en el centro penitenciario) vestía una camiseta blanca y un jersey marrón claro. Se ha mostrado en todo caso muy correcto y se ha limitado primero a levantar el dedo pulgar para acreditar que la señal se recibía correctamente (en noviembre hubo que suspender el juicio por fallos técnicos) y, después, a dar su consentimiento al acuerdo cerrado por su defensa con la Fiscalía y la acusación particular que representa a la víctima.

Tras asentir a preguntas de la magistrada, que le ha preguntado si había escuchado los hechos que se le imputan –“sí, estoy conforme”– la vista apenas se ha prolongado durante cinco minutos. Muy tranquilo, ha escuchado cómo se ha tenido en cuenta “que ha realizado un esfuerzo” para indemnizar a la víctima y el retraso en juzgar los hechos, por lo que se le han aplicado las atenuantes de reparación del daño y de dilaciones indebidas (la causa ha estado paralizada más de un año, desde que se admitieron las pruebas en febrero de 2022 hasta que se señaló la fecha del juicio, luego aplazado). “¿Lo ha entendido?”, le ha preguntado la magistrada Nuria Alcalde antes de dictar sentencia de conformidad. “Perfectamente”, ha contestado Sancho.

Por expreso deseo de las autoridades tailandesas, que amenazaron incluso con un conflicto diplomático -según fuentes jurídicas- si se difundían imágenes de los funcionarios de la prisión de Koh Samui desde la que ha comparecido- los periodistas presentes han tenido que apagar los móviles durante la sesión para impedir que se grabaran las imágenes.

Durante su comparecencia telemática, Daniel Sancho se ha encontrado sentado en todo momento en una sala de la prisión tailandesa, junto a una mesa de reuniones alargada y con una llamativa bandera roja a sus espaldas, la del departamento de correccionales de Tailandia. Ocasionalmente, se apercibía el ir y venir de algún funcionario por la puerta de la estancia.

El juicio, previsto para el pasado noviembre, se suspendió después de que la Fiscalía de Tailandia trasladase a los juzgados de Madrid que en la fecha prevista para la celebración de la vista oral no era posible que declarase de forma telemática. En esta ocasión, según confirman fuentes jurídicas, esos impedimentos habían desaparecido y 24 horas antes del juicio se llevaron a cabo tres pruebas para garantizar que la conexión con Tailandia mediante videoconferencia no registraba incidencias técnicas.

La Fiscalía solicita para Daniel Sancho una pena de un año de prisión, así como al pago de 2.100 euros por las lesiones causadas a la víctima y las secuelas provocadas por la agresión.

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