Luis Velázquez Alvaray: Poschavismo

Luis Velázquez Alvaray: Poschavismo

El Chavismo como movimiento político no existe. Lo que pretenden denominar como tal, son grupitos marginados por el sargenterismo de herencia. Espejismo encallado en el mar de la desgracia.

Para la historia debe quedar este cuarto de siglo como el asalto institucional de bandas forajidas, pasos apocalípticos. Irrespetuosos de todos los valores. Embestidas contra la dignidad humana y la respetabilidad. Ese es el recuerdo indigno de chavismo. Autores de un país ceniza: bucaneros, corsarios, pechelingues.
Se está cimentando en las calles y barriadas del país, un despertar ante tanto atropello, desigualdad, salvajismo. Ante la tierra arrasada, el desprecio, maltrato y violencia, surge una esperanza. Esperanza en marcha. Como Valera.

Sobre la insolencia se gesta un inédito ciclo. El noventa por ciento de los venezolanos desea ya una ruptura con el peregrinaje actual y es allí donde se sustenta la edificación de un proyecto político, basado en el rescate de la democracia y la libertad.





Es cambio de época, como lo llamo el Canciller Olaf Schols. De la noción de ciudadanía; entendiendo la actuación social ajena al reduccionismo, pensando y valorando el replanteamiento de la relación del Estado con la sociedad. Se está estructurando una propuesta de país. Se organizan estrategias de orientación ante el cambiante escenario global. Es el poschavismo.

En cada rincón surgen iniciativas de variado signo y modalidad. Ola transformadora y así lo entiende el liderazgo masivo, que abrió las puertas, una vez realizadas las triunfantes elecciones primarias. Allí se marca el inicio consolidado de otro país. No se gesta en corto tiempo. Se va incubando. Escenario y proyecto distinto. Invita a pensar en la gesta de Ulises, a decir de Javier Reverte, “bordeando la costa oriental turca y fondeando en Alejandría”. En esta semana Trujillo guarda un día.

En el campo del conocimiento – explicaría el brillante profesor de nuestra UCV, Efraín Hurtado- se ha producido una ruptura epistemológica, planteada también por el investigador mexicano Fuentes Navarro en su libro” un campo cargado de futuro”. De eso se trata, de un cambio de modelo, sin retorno a las estructuras anteriores. Modernas categorías en el tratamiento de lo social. Eso es poschavismo.

El mundo político civilizado debate, no combate. En las actuales circunstancias la población decide participar, enriquecer el proyecto. Están organizados los “comanditos”, como centros de ideas, de discusión. Diferencia ante la orfandad generadora de violencia, amenazas. El golpe a la mesa con la bota sargento.

Poschavismo es concebir las instituciones forjando el bien común y no para pretorianos fines, de mucha ignorancia e infinitas y anchas manos libres. Urge el cese de la cultura del desfalco público. De actuar en modo alacrán.

Al cerrar la posibilidad de participación política a más de dos millones y medio de personas, se abrió la llave de esta inmensa movilización pacifica, voluntaria. La realidad no puede taparse con el dedo de la represión y las amenazas. El liderazgo basado en ideas, el liderazgo inteligente, desnudó la ceguera política chavista. Si alguien en la tiranía reflexionara, ya estaría proponiendo discutir una transición ordenada. Solo saben del arreglo de cuentas y eso es inaceptable. Se discute en todas partes la participación política del futuro, para la independencia de los órganos fundamentales del Estado. Rescatar la alta capacidad profesional y la alta ética ciudadana.
En Yaracuy propusieron en esas calles desbordadas, lo urgente de una reforma a la Constitución, o un proceso constituyente para recuperar el siglo perdido en 25 años. Se deben escuchar las voces para la transición a cielo abierto, sin el secretismo de Barbados, que permitió la patada del régimen. Sin cartas guardadas, negociación no tradicional. Clara, donde no impere la ley de la viveza. Ese es el poschavismo que construye la población. No hay manera de frenar un pueblo desbordado. El bus del PSUV en Trujillo saludando el futuro, es una realidad nacional. Todos quieren salir de esta tragedia. Un líder de verdad no teme a la calle. Se requiere valentía, ante la persecución y el hostigamiento.

El Chavismo va al camino de la insignificancia política. El poschavismo a llegado a todos los sectores incluyendo las fuerzas armadas. En los cuarteles discuten entre seguir entregados a un militarismo unido a la ilegalidad, atados a una cúpula torturadora, o construir una institución moderna y decente. El movimiento jurídico plantea sustituir la actuación de la banda de los enanos, comerciantes de la in-justicia. Eso es poschavismo. Es río Orinoco crecido.

El régimen entenderá: los mercenarios que le apoyan, la nomenclatura cubana, nica, rusa, iraní, mirará para otro lado cuando la crecida llegue. En poschavismo se actuará sin retaliaciones, venganzas, atropellos. Este proyecto alumbra justicia. Es resplandecer ético.

Finalmente, deberían percatarse que es imposible una cárcel para 20 millones de pacíficos ciudadanos. Sus calabozos no alcanzan para tantas Dignoras, tantos Alvíarez y tantos presos políticos y militares. Sus calabozos no alcanzan para la cantidad de personas que se reunieron en Mesa Mendoza. En poschavismo desaparecerá el helicoide y esa política represiva, perseguidora del pensamiento distinto.

PD. La Real Academia aclara. No se escribe post sino poschavismo. La ola arrolladora convertirá en reliquia hasta eso que provisionalmente hoy llamamos poschavismo. Llega la regeneración de los tiempos.