“…lo que si es cierto es que el petróleo no va a ser nunca mas la base sólida para un desarrollo prolongado de Venezuela; hay que buscar otras opciones, otras alternativas de generar riqueza, pero generar riqueza desde el punto de vista del trabajo, no desde el punto de vista del rentismo…” (Nelson Hernández, 2010)
La transición energética es un proceso crucial que implica cambiar gradualmente de los combustibles fósiles a fuentes de energía renovable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y por ende, el calentamiento global. Esto no se consigue con meras subvenciones a proyectos de energía renovable, sino con una estrategia que incluye una senda gradual y previsible de ajustes fiscales, inversiones de infraestructura y una evaluación permanente de la relación costo-beneficio de las diferentes iniciativas.
Este cambio del modelo energético es imprescindible para cumplir con los objetivos ambientales. Pero conviene reconocer los costos de transición para el aparato productivo y afrontarlos con reformas, medidas que minimicen el impacto sobre los sectores más vulnerables e incentivos bien diseñados.
En el contexto de esta transición algunos países se verán más afectados que otros. Sobre todo los dependientes económicamente de la explotación de las fuentes energéticas fósiles, por lo que tendrán que diseñar estrategias para generar riqueza distinta a la renta proporcionada por esa explotación, donde los proyectos de inversión productiva juegan un papel importante. Estos proyectos implican la búsqueda de soluciones inteligentes para resolver necesidades humanas o aprovechar oportunidades de negocio, con el objetivo de garantizar una rentabilidad que permita seleccionar la mejor alternativa. Por otra parte, la transición energética abre espacios (fiscales, legales, sociales y económicos) para impulsar el proceso, como son los mecanismos de fijación de precios de carbono, los impuestos al carbono o los permisos negociables de emisión de carbono, etc.
Venezuela, que se encuentra dentro de los países afectados negativamente por la transición, tiene características autóctonas claves para afrontarla con éxito, mediante el usos de sus recursos energéticos sustentables del orden de los 9 MBDPE, que junto con la creación y desarrollo de proyectos de inversión productiva generen riqueza distinta a una renta. Es decir, riqueza generada con trabajo.
Finalmente, hay que tener claro que la transición energética es un proceso global irreversible. Y que mientras más tarde se acepte esa realidad menos oportunidades de negocios y de éxitos se tendrá. Por lo tanto, Venezuela debe superar, cuanto antes, el rezago que presenta en este proceso.
En tal sentido, es imperativo explorar ideas que conlleven a la generación de proyectos de inversión productiva sustentable.
La gráfica anterior muestra un conjunto de ideas, no excluyentes, para lograr un desprendimiento, paulatino pero continuado, de la renta petrolera y que permita un desarrollo armónico y sustentable en lo económico, político y social para proporcionar a la población una mejor calidad de vida, acorde con las tendencias mundiales.
A continuación, el desarrollo de algunas de estas ideas. Explicación más detallada puede verse en (Hernández, 2022). Es de señalar que estas ideas tienen como particularidad que los proyectos generados, no existen hoy en el país, por lo cual generan riqueza nueva.
Sector energético
Producción de grafeno a partir del coque petrolero. Además de las refinerías, los mejoradores de crudo FPO, ubicados en Jose son productores de este coque. El grafeno es un material de múltiples usos y en especial en la elaboración de las baterías para los vehículos eléctricos.
Producción de litio de las aguas de formación de los yacimientos petrolíferos. Este mineral es altamente utilizado en la elaboración de baterías para carros eléctricos.
Producción de hidrogeno verde (H2V), teniendo como sitio ideal las riberas del rio Orinoco.
Producción de hidrogeno azul, mediante gas de síntesis a partir del gas natural. Por otra parte, la captura y almacenamiento de CO2 (para mitigar el cambio climático) o bien CO2 como insumo para la elaboración de los e – fuel.
Producción de proteínas a partir del petróleo. Tecnología probada. Este uso de los hidrocarburos para este fin, sería una panacea para un mundo ávido de proteínas.
Merece especial atención, el desarrollo de un Hub energético sustentable de carácter mundial. A este Hub como complemento, estaría el Hub de la aviación comercial internacional.
Como corolario, tenemos que Venezuela debe “maquilar su energía”. Es decir, convertirse en un gran consumidor racional de energía, en lugar de ser un gran exportador de energía, como hasta ahora lo ha sido.
Sector agropecuario
Dentro de este sector, se encuentran: Un Hub de productos del mar, con ubicación en la península de Macanao; la intensificación de la acuicultura con fines de exportación; aprovechamiento integral de frutos no convencionales (almendrón, uva de playa, mango, etc.); sumideros naturales de CO2, con mercadeo internacional en el mercado de carbono; desarrollo agropecuario Delta del Orinoco. De manera especial, la comercialización de aguas del Orinoco, para un mundo donde cada día crece el stress hídrico.
Sector turismo
La potencialidad de aguas termales permite la creación de centro de esparcimiento y de salud de nivel internacional. De igual manera, el aprovechamiento de los diferentes embalses y ríos para deporte extremos y no extremos. Así mismo, para el turismo ecológico, Venezuela cuenta con una gran biodiversidad, en todas sus “estaciones climáticas”.
Sector cibernético
Su potencialidad en energías renovables le dan a Venezuela la gran oportunidad de ubicar en su territorio: centro de datos, help desk, minería criptomonedas, etc. que deben funcionar con electricidad generadas con esas energías
Finalmente, En Venezuela los proyectos de inversión productiva son fundamentales para impulsar el desarrollo del país, dentro del contexto de la transición energética, de tal manera de cumplir con los compromisos contraídos en el 2015 (COP21) para la mitigación del cambio climático, y que a la vez generen riqueza distinta a la renta petrolera, y que puedan soportar los cambios en lo económico, social y político que requiere la población para alcanzar una mejor calidad de vida.
Lea a continuació el artículo íntegro
Proyectos de inversión productiva en Venezuela en el marco de la transición energética.docx
Nelson Hernández es ingeniero energista @XXIenergia y académico de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela