Para poder comer, inmigrantes en Chicago recurren a la venta de plasma sanguíneo

Para poder comer, inmigrantes en Chicago recurren a la venta de plasma sanguíneo

Cortesía

 

En las primeras horas de la mañana, las calles cercanas a los bancos de sangre de Chicago se llenan de inmigrantes que buscan asilo, formando largas filas con la esperanza de vender su plasma para subsistir.

lapatilla.com





Una inmigrante, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, compartió su historia con la Voz de América, revelando que ha vendido su plasma en dos ocasiones por falta de alternativas.

“No tenía dinero para comprar comida, estaba pelando. Y entonces bueno, pues eh, escuché sobre esa opción que ya varios compañeros de aquí, de los de los refugios han ido y escuché y pregunté y averigüé, y pues me trasladé hasta el lugar y doné mi plasma”, confesó la mujer.

El plasma, ese componente líquido de la sangre que transporta células vitales como glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas, se ha convertido en una fuente de ingresos para aquellos que no tienen permiso para trabajar legalmente en el país. Sin embargo, la donación frecuente de plasma no está exenta de riesgos para la salud.

A pesar de las restricciones impuestas por la ley de privacidad médica, que dificultan el rastreo del número exacto de migrantes que recurren a esta práctica, testimonios de residentes de refugios indican que la cifra va en aumento. Además de plasma, algunos inmigrantes optan por vender su sangre, una decisión que refleja la gravedad de su situación económica.

Por cada sesión de donación, los inmigrantes reciben un promedio de 100 dólares, una cantidad que, aunque modesta, representa una ayuda vital en momentos de extrema necesidad.