Científicos documentan el avance de la erupción del volcán La Cumbre en las Islas Galápagos en Ecuador

Científicos documentan el avance de la erupción del volcán La Cumbre en las Islas Galápagos en Ecuador

 

 





 

Científicos a bordo del Arctic Sunrise, el barco de la organización ambientalista Greenpeace, documentaron este lunes la evolución de la erupción del volcán La Cumbre, en la isla Fernandina, la más joven del archipiélago de las Islas Galápagos (Ecuador).

El volcán entró en erupción en la noche del pasado sábado, y la lava ha corrido por el flanco norte y este, sin que haya llegado aún al mar, según constató EFE desde el buque rompehielos de Greenpeace, a escasos metros de Fernandina, la tercera isla más grande del archipiélago con 642 kilómetros cuadrados y la más occidental del archipiélago.

El barco, que está en una expedición científica sobre la vida marina, desvió un poco el rumbo inicial hacia el norte de Galápagos para documentar la erupción, que ocurrió cuatro años después del último periodo eruptivo, ocurrido en 2020.

De acuerdo al Instituto Geofísico, “no se puede predecir con precisión la duración de la erupción, ni si alcanzará la orilla del mar, pero según los datos de la deformación del volcán acumulada desde el último período eruptivo, es probable que la actual erupción sea mayor que las observadas en 2017, 2018 y 2020”.

En la actual erupción se constató la emisión de lava y gas, sin mayor contenido de ceniza, procedente una fisura circunferencial en la parte alta del flanco suroriental de la isla, que no está habitada por personas.

Largo camino de lava

El Arctic Sunrise llegó frente a Fernandina alrededor de las 03:00 hora local (9:00 GMT), y en la oscuridad de la noche se pudo apreciar un largo camino de lava desde La Cumbre, que se asemejaba a una muy larga e iluminada vía cuando se aterriza en la noche en una gran ciudad.

En las quietas aguas del Pacífico se reflejaba el anaranjado profundo de la lava del volcán de Fernandina.

Desde el barco, sin apenas viento y con una temperatura de unos 26 grados, se apreciaba que la lava del volcán marcaba su paso en Fernandina bajo un cielo adornado de estrellas, mientras en el mar se veían pequeñas iluminaciones que iban y venían, como las luciérnagas en las montañas, y que según el oceanógrafo de la Estación Charles Darwin (FCD), Stuart Banks, provenían del plancton.

El silencio de la madrugada, interrumpido solamente por los disparos de la cámaras fotográficas, dejaba escuchar también el salto de lo que Banks cree podían haber sido pingüinos, delfines, lobos de mar, cormoranes, atunes… “puede ser muchas cosas”, aseguró Banks.

Zona de paso de ballenas y delfines, Banks comentó a EFE que también se pueden apreciar esporádicamente incluso ballenas azules en migración, el mamífero más grande del planeta, que puede llegar a medir 20 metros de largo.

Entre otras especies, con el paso de los minutos, se apreció a un lobo marino descansando tranquilamente, con su aleta levantada, en las calmadas aguas.

Menos de un millón de años

Rodeado de una nube de gases, La Cumbre, que se eleva hasta los 1.476 metros sobre el nivel del mar, recordó a los científicos el origen volcánico del archipiélago de Galápagos, catalogado desde 1978 como patrimonio natural de la Humanidad por la Unesco.

Con entre 28 y 30 erupciones registradas desde 1800, tiene la mayor tasa de recurrencia de erupciones en las Islas Galápagos, un archipiélago formado por 13 islas situadas a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador.

El capitán del Arctic Sunrise, Mike Finken, explicó a EFE que la isla Fernandina tiene menos de un millón de años, por lo que se le conoce como un volcán joven que ha tenido erupciones en forma relativamente constante a lo largo de los últimos años, por lo cual es monitoreada por las autoridades del Parque Nacional Galápagos.

“Me maravilla y fascina la sincronización y casualidad de los hechos. Nosotros estamos de camino a otro trabajo científico que no tiene nada que ver con el volcán, y ser testigos de esto es maravilloso”, comentó mientras los equipos del puesto de mando marcaban el alejamiento de Fernandina.

Un “privilegio enorme”

Para Finken, es un “enorme privilegio” ser testigo de la erupción, que les transporta al origen de las islas, a entender cómo ha sido la evolución.

“Ha sido maravilloso estar presentes en lo que pudo haber sido el hecho que significó la creación de las islas repetido en esta experiencia”, comentó Finken, que en la madrugada contemplaba la erupción cómodamente sentado en una silla en una actitud contemplativa y un estado casi hipnótico.

Obnubilado por el espectáculo, Banks presenció por segunda vez de cerca una erupción en sus 25 años de trabajar en Galápagos mientras comentaba a EFE sobre las formaciones de lava bajo el agua y la infinita riqueza submarina aún por descubrir.

Las Galápagos, una de las reservas marinas mejor conservadas del mundo, están consideradas como un laboratorio natural que llevó al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies.

EFE