Luis Manuel Aguana: La narrativa interesada del Esequibo

Luis Manuel Aguana: La narrativa interesada del Esequibo

“Los tiempos difíciles crean hombres fuertes. Los hombres fuertes crean buenos tiempos. Los buenos tiempos crean hombres débiles. Y los hombres débiles crean tiempos difíciles”.
G. Michael Hopf, Those Who Remain

Si alguna consecuencia terrible ha traído las decisiones del régimen de Nicolás Maduro Moros con todas las acciones posteriores al referendo del 3 de diciembre, que incluyen la movilización de tropas hacia la frontera con Guyana, la designación de un gobernador para la Zona en Reclamación, incluido el cambio del mapa de Venezuela, junto con la aprobación en primera discusión de un proyecto de Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba, es que toda la narrativa que se está generando en la opinión pública internacional se está orientando a establecer que ese territorio no es nuestro sino que le pertenece a Guyana, y que la tiranía de Maduro se quiere apoderar de lo que pertenece a un pequeño país que no tiene como defenderse.

En otras palabras, “los malos” de esta película somos los venezolanos que aparte de sufrir una tiranía denunciada hasta la saciedad en esa Comunidad Internacional, nos presentamos al mundo “representados” por quienes ejercen el poder ilegítimamente en el país. Y “los buenos” son aquellos gobiernos que en Guyana, aprovechando esa tiranía venezolana, desde el año 2004 han desarrollado un territorio en reclamación sin que se hubiera llegado a ninguna negociación o decisión definitiva que fuera reconocida entre las partes.

El primer paso para perder el Esequibo, es perderlo en la percepción de la Comunidad Internacional, y eso es lo que ha logrado hasta ahora el régimen de Maduro. Y lo peor no es eso. Lo peor es que sin que se hayan dirimido nuestros derechos sobre el Esequibo en una Corte Internacional de Justicia, ya la opinión pública del mundo, con una narrativa construida de una manera interesada, haya decidido tratar de convencer al mundo que el Esequibo pertenece a la República Cooperativa de Guyana. Esa es la clase de estupidez que ha hecho que quienes han manejado históricamente el poder en Venezuela hayan perdido nuestro territorio.





Pero si a eso se le suma que hasta generadores importantes de opinión pública en Latinoamérica apuntan en esa misma dirección, con ignorancia manifiesta en un tema sumamente complejo, el cuadro se agrava exponencialmente. Tal es el ejemplo de Jaime Bayly, quien en su conocido programa de opinión en los EEUU, expresa cosas como esta:

“El argumento de los venezolanos que dicen el Esequibo es nuestro, me parece a mi folklórico, pintoresco. Porque ellos dicen, a mediados del siglo XVIII, o sea en los mil setecientos, cuando Venezuela no era una República independiente, era una colonia del imperio español, el Esequbo era parte de esa colonia, la colonia venezolana del imperio español. Pero, por lo tanto, no era parte de Venezuela, porque Venezuela no había sido fundada como República. El Esequibo era parte del imperio español. Luego, en 1899, hay un diferendo, no? Hay un litigio. Y se nombra a un tribunal internacional en París que tiene que decidir a quién le pertenece el Esequibo. Y ese tribunal internacional falla, dicta sentencia de que el Esequibo le pertenece al imperio británico, porque la Guyana era una colonia británica. Por tanto, el Esequibo era parte de esa colonia británica. Tampoco era venezolano. Finalmente, en 1966, y ante Naciones Unidas, delegados de Gran Bretaña, de Venezuela y de Estados Unidos, conferenciaron y el tribunal de Naciones Unidas ratificó el fallo del tribunal de París. O sea, el Esequibo es de Guyana. Guyana ese mismo año se independizó del imperio británico, pasó a ser una República independiente y desde entonces el Esequibo ha sido de Guyana. ¿En qué momento entonces el Esequibo ha sido de Venezuela? ¿En qué momento?…” (ver Jaime Bayly en La verdad oculta del Esequibo, en https://youtu.be/v-2Y2W7ebw4?t=128).

Esta larga exposición de Bayly en su programa contiene un conjunto de medias verdades para el consumo del hispano medio en los EEUU y Latinoamérica, que terminan dándole la razón a Guyana. ¿Esto lo expresa Bayly porque sea un agente de los intereses de Guyana? No lo creo. Bayly ha demostrado ser amigo de las causas por la libertad y la democracia en Venezuela y otros países, en su particular manera de tratar los asuntos. Pero eso es lo más preocupante, porque es un periodista creíble.

Muchas de estas anclas periodísticas, que llegan a miles de personas a través de muchos medios, están cayendo en ese error por una narrativa equivocada que se está esparciendo en el mundo, por una maquinaria de opinión que sí está interesada en que Venezuela pierda los derechos sobre el territorio Esequibo. Debemos entonces aclararle tanto a Jaime Bayly como a otros como él y al resto del mundo, cuál es la realidad para que no distorsionen la verdad en sus programas de opinión y sugerirles que hagan una investigación más a fondo acerca de la controversia venezolana con Guyana.

Comenzando por contestar la pregunta de Bayly en el programa: ¿En qué momento entonces el Esequibo ha sido de Venezuela?, la respuesta es DESDE EL MISMO MOMENTO EN QUE NOS INDEPENDIZAMOS DE ESPAÑA. ¿Basados en qué? En un principio internacionalmente reconocido en todas las naciones y aplicado históricamente por ellas para la delimitación de fronteras: El principio que se conoce como  Uti possidetis iuris:

“Tras los procesos de independencia surgidos desde el siglo XIX, el principio ha sido utilizado para establecer las fronteras de los nuevos estados, tal como en el caso de los países latinoamericanos los cuales mantuvieran los límites de los viejos territorios coloniales de los cuales emergieron.? Asimismo, fue el principio rector del proceso de descolonización en África. Simón Bolívar, al finalizar las Guerras de independencia hispanoamericana, fue el primero en proponer que los países hispanoamericanos emancipados conservasen las antiguas fronteras de las posesiones del Imperio español en América. Es decir, que los nuevos estados surgidos tendrían provisionalmente como límites los que le corresponderían en el año 1810 hasta la existencia de un tratado, alegando el año 1810 como el último de la monarquía española para la posesión legítima de sus dominios americanos.? Este principio ha sido alegado por diversos países hispanoamericanos. De esta forma los nuevos estados heredan lo que España efectivamente poseía, con o sin título de derechos, no lo que España tuviese derecho por el descubrimiento, como se aceptaba hasta finales del siglo XIX” (ver Uti possidetis iuris, en https://es.wikipedia.org/wiki/Uti_possidetis_iuris) (resaltado nuestro).

Lamentablemente, Venezuela llegó sin arreglo a 1899 con la Gran Bretaña, quien poseía esos terrenos de antigua posesión holandesa, aun teniendo Venezuela títulos que demostraban que el Esequibo era parte del territorio del imperio español para el momento de nuestra independencia, por lo que se acepó un Arbitraje en Francia que efectivamente fue concedido a la Gran Bretaña ese año. Sin embargo, Venezuela pudo demostrar el siglo siguiente que ese Arbitraje fue nulo e irrito porque los jueces en París se coludieron para darle a la Gran Bretaña la posesión de ese territorio. Quien desee ver el detalle de este despojo territorial a Venezuela en ese Arbitraje, puede leer Guyana-Venezuela border dispute, del Dr. Allan R. Brewer-Carias,  en https://tinyurl.com/4wyjd563.

Ahora bien, de lo anterior nace que los británicos reconocieran en 1966, en un Acuerdo –no un juicio ni se ratificó el fallo de París como lo expresa Bayly- celebrado en Ginebra en el marco de las Naciones Unidas, y precisamente antes de darle la independencia a su colonia, que el Arbitraje de 1899 fue NULO E IRRITO, por lo que a partir de ese mismo momento se establecía un “borrón y cuenta nueva” para que tanto la nueva colonia independizada, como Venezuela, llegaran a un arreglo pacífico entre ambas partes, en los términos especificados en ese mismo Acuerdo, ya que los países de las Naciones Unidas entendieron y aceptaron que el juicio de Arbitraje de 1899 había sido arreglado a favor de una de las partes.

Entonces, a partir de ese momento el territorio Esequibo se encuentra en disputa y no puede ser todavía considerado ni aceptado por la Comunidad Internacional como propiedad de ninguna de las partes. En el siglo XXI, el marco al que apuntan las naciones para resolver este tipo de controversia, si no se alcanza a un acuerdo, es la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Sin embargo, el régimen ilegítimo que gobierna Venezuela se niega a concurrir a esa instancia, a pesar de tener todos los documentos que comprueban nuestra legítima reclamación sobre ese territorio.

Sin embargo, entendiendo que lo anterior es así, a pesar de las repudiables acciones del régimen que gobierna Venezuela frente a Guyana, se ha empezado a construir una narrativa en contra de nuestros derechos sobre el territorio Esequibo. Pero, ¿quiénes podrían estar detrás de eso? Claramente, aquellos que les es muy conveniente que las cosas se queden como están, de preferencia a favor de Guyana. Incluso que exista un conflicto bélico entre ambas naciones, ya no solo para evitar unas elecciones, lo que sería lo de menos, sino para que intereses de escala mundial prevalezcan en la explotación de esa zona. Maduro no sería más que un peón de ese ajedrez geopolítico de escala mundial, metido en esto por quienes desean su cuello dentro del mismo régimen.

Memorables las palabras del novelista G. Michael Hopf aplicadas a Venezuela: Los hombres fuertes fundadores de nuestra democracia crearon los buenos tiempos de los 40 años del puntofijismo. Pero esos buenos tiempos crearon hombres débiles que no supieron defender lo que había que defender para evitarle al país esta desgracia. Y esos hombres débiles ahora están creando tiempos difíciles otra vez, que tendrán que ser recuperados por unos hombres fuertes que todavía no vemos en el horizonte. Esperemos que en la Venezuela por venir, esos hombres fuertes se resuman ahora en una mujer…

Caracas, 10 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,
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