El infierno cotidiano de los soldados en la Segunda Guerra Mundial: qué comían, el sexo y sus temores

El infierno cotidiano de los soldados en la Segunda Guerra Mundial: qué comían, el sexo y sus temores

Los soldados sufrían, además de los ataques enemigos, de hambre, frío, por el olor, por la falta de higiene, por el miedo (Photo by Taylor/US Army/Getty Images)

 

 

 





Cuando se habla y se escribe sobre la guerra se suele hacer foco en las grandes batallas, en las decisiones estratégicas claves, en los bombardeos a ciudades, en el movimiento de enormes batallones, en los desembarcos masivos que desequilibran la contienda; vemos los mapas en las salas con boiserie en las paredes en los que los generales mueven soldaditos de juguete, tanquecitos y trazan flechas.

Matías Bauso // INFOBAE

Los discursos memorables, los desfiles triunfales, los juicios aleccionadores a los criminales de masas. Pero hay otro plano, el humano, el de los soldados sin mayor preparación que deben poner el cuerpo en las peores condiciones, que se exponen a la muerte en cada segundo.

¿Cómo eran los días de esos jóvenes? ¿A qué se enfrentaban? ¿Cuáles eran las condiciones en las que luchaban? La Segunda Guerra Mundial ha sido contada por la literatura, por la historia y por el cine de muchas maneras posibles.

A veces se ha soslayado una dimensión indispensable, la de la vida cotidiana de los soldados. Esa escala humana, por fuera de estrategias y grandes ataques tácticos, cambia la perspectiva de las cosas. Y modifica convicciones, debilita certezas, expone el horror.

Algo de eso consignó el General Patton en su diario después de visitar a los heridos en un hospital de campaña en Sicilia: “Había un herido muy grave. Era una masa de carne horrorosa y sangrienta que no me convenía mirar; de lo contrario, habría sentido algo personal al mandar soldados a la batalla. Algo fatal para un general”.

Lo humano de la guerra

La editorial Siglo Veintiuno acaba de editar Puro Sufrimiento. La vida cotidiana de los soldados en la Segunda Guerra Mundial de la historiadora Mary Louise Roberts. El libro es un estudio magnífico y cautivante sobre un aspecto algo menospreciado en la narrativa de los conflictos bélicos: las historias humanas, la manera en que transcurrían los días los soldados que estaban en el frente de batalla. Cómo vestían, qué comían, cómo lidiaban con el aseo, qué sucedía con los heridos y los muertos. Roberts a través de cartas, memorias, diarios y hasta obras de ficción de ex combatientes recrea esos días en el frente; se centra en los soldados de infantería en los últimos años de la Guerra.

La vida de los soldados en el frente era miserable. Pasaban hambre, frío, casi no dormían. Tenían miedo.

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