Desarrollo y emprendimiento sustentable: una pareja venezolana transforma vidas a través del reciclaje en Chile

Desarrollo y emprendimiento sustentable: una pareja venezolana transforma vidas a través del reciclaje en Chile

Pareja venezolana en tareas de reciclaje
Pareja venezolana transforma vidas a través del reciclaje en Chile. Foto cortesía

 

Una pareja venezolana desafió los límites y construyó su propio camino hacia el éxito en tierras chilenas. Lisdrely Puccini y Luis Galavis, quienes dejaron atrás su hogar en Venezuela, encontraron en el desarrollo sustentable la clave para su estabilidad. Hoy, su historia es sinónimo de constancia, resiliencia y esfuerzo desmedido.

Su negocio de reciclaje en la pintoresca ciudad de Valdivia no solo está generando un impacto ambiental positivo, sino que también les ha abierto las puertas hacia una vida llena de oportunidades. Adéntrate en esta entrevista con La Patilla y descubre cómo esta dupla emprendedora transformó su destino, paso a paso, en busca de un futuro venturoso.

Por: Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com

Lisdrely Puccini y Luis Alejandro Galavis son el ejemplo perfecto de cómo la perseverancia y la creatividad pueden transformar el rumbo de su historia. Antes de emigrar a Chile, su estadía en Venezuela estaba llena de desafíos económicos, pero eso no los detuvo en su búsqueda de una mejor calidad de vida.

Lisdrely, con estudios en administración de empresas, contaduría y enfermería, y Luis, con formación técnica en producción agropecuaria, trabajaban arduamente en diferentes empleos para mantener a sus familias en Mérida. Sin embargo, sus ingresos no alcanzaban para cubrir todas las deudas, y sabían que necesitaban un cambio.

“A pesar de que nuestros salarios eran superiores al sueldo base, no lograban cubrir todos los gastos básicos. A partir de ahí surgió la idea de emprender nuevos proyectos al emigrar”, contó Lisdrely.

La oportunidad llegó cuando el hermano menor de Luis, quien ya estaba en Chile, les ofreció apoyo económico y la posibilidad de probar suerte en el país. Siguiendo su instinto, decidieron embarcarse en esta nueva aventura, estableciéndose en la hermosa ciudad de Valdivia.

Nueva visión

Al llegar a Chile, Lisdrely encontró empleo como decoradora y preparadora de catering para eventos, mientras que Luis trabajó como carnicero. Sin embargo, las circunstancias no fueron las ideales, y debido a los malos tratos que recibió en su trabajo, Galavis decidió renunciar. Fue en ese momento que Puccini propuso una idea audaz: emprender su propio negocio al vender almuerzos.

“Surgió porque a ambos nos gusta mucho la cocina. Empezamos a ahorrar para poder comprar un carro, muebles y tener un mayor poder adquisitivo, ya que como empleados no nos quedaba ni para comprar artículos necesarios para el hogar”.

Sin embargo, no se conformaron con solo eso, y juntos empezaron a soñar en grande. Un giro inesperado los llevó al mundo del reciclaje de materiales. Mientras Luis trabajaba como obrero en una planta de acopio de metales, observaron cómo algunas personas recolectaban desechos para vender y comprar alcohol. Fue gracias a estos “borrachitos” que se les ocurrió una idea innovadora.

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“Al observarlos diariamente y ver los ingresos que generaban, hicimos una relación de ingresos si lo hiciéramos a tiempo completo y con publicidad en redes. Pensamos en cambiar la forma en que se realizaba el reciclaje, ya que la mayoría de los recicladores cobraban por retirar los desechos. Mi pareja y yo nos propusimos motivar a la comunidad a guardar sus desechos para que nosotros los retiráramos de forma gratuita, sin que tuvieran que gastar en pagos. Así podríamos captar más clientes fijos”.

La pareja de venezolanos comenzó con un triciclo y compartieron su visión con amigos y conocidos. Un generoso caballero argentino les brindó apoyo financiero y les ayudó a adquirir un vehículo adecuado para su emprendimiento.

Impacto positivo

Poco a poco, su negocio de reciclaje comenzó a crecer. La demanda de sus servicios aumentó tanto que Lisdrely se vio obligada a reprogramar los retiros de los materiales, incluso agendando entregas hasta 72 horas después de las llamadas. Este éxito no solo les brindó estabilidad económica, sino también una gran satisfacción personal al saber que estaban contribuyendo al cuidado del medio ambiente.

“Fue un avance extraordinario para nosotros, ya que cuando llegamos a Chile, trabajábamos en empresas por un sueldo base y nunca nos alcanzaba la quincena para llegar a fin de mes. Vivíamos, como dice uno, “rasguñados”. Gracias al reciclaje, eso ya no es así”, mencionó.

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Con una perspectiva clara en mente, la pareja se ha fijado un objetivo primordial: educarse y expandir al máximo las líneas de reciclaje, abarcando desde textiles hasta metales de todo tipo. “Queremos reinventar proyectos que beneficien a nuestras comunidades y promover conocimientos sobre los beneficios ambientales y socioculturales”, afirmó entusiasmada Lisdrely. Su misión no solo se limita al reciclaje, sino también a reducir la huella de carbono, restaurando y reutilizando materiales.

Esta iniciativa ha sido recibida con los brazos abiertos por la comunidad valdiviana. La respuesta ha sido tan abrumadora como el amor de una madre, según palabras de Lisdrely. Desde el inicio de su proyecto, numerosas empresas se han puesto en contacto con ellos para adquirir sus materiales reciclables. Además, medios noticiosos en Chile han destacado su labor, reconociendo su contribución al desarrollo sostenible.

La pareja ha logrado establecer una conexión especial con sus clientes, a quienes describen como personas amables y dulces. Lisdrely comentó que “el 99% de ellos comparten nuestros números de contacto y folletos, además de transmitir información a sus familiares, vecinos, amigos y conocidos para ayudarnos a crecer”. Este cálido apoyo ha llevado a la pareja a trabajar incansablemente, laborando en horarios festivos y durante los siete días de la semana. Incluso, han implementado retiros especiales nocturnos para adaptarse a las necesidades de quienes lo requieran.

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Lisdrely y Luis han trazado su camino en el reciclaje, abarcando una amplia gama de materiales. “Reciclamos metales en mal estado, artículos tecnológicos deteriorados o antiguos, y aquellos objetos para el hogar que aún pueden tener una segunda vida”.

La recolección de materiales es un proceso meticuloso y organizado. Siguiendo una agenda cuidadosamente planificada, los emprendedores atienden cada llamada y dirección con prontitud y urgencia. Una vez recogidos, estos son clasificados de manera minuciosa. Aquellos que requieren restauración son llevados a especialistas dedicados a revitalizar su esencia. Los dañados, considerados desechos, son trasladados a plantas de reciclaje, donde se les dará una nueva vida como materia prima.

Proyecto sustentable

No obstante, el compromiso de Lisdrely y Luis va más allá de las fronteras. Los equipos tecnológicos que recolectan son entregados a servicios técnicos que aprovechan sus piezas para nuevas creaciones. Los artículos para el hogar en buen estado son almacenados hasta que se reúnan los recursos necesarios para enviarlos a Venezuela, donde serán donados a personas de bajos recursos.

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En su travesía como emprendedores, la pareja ha enfrentado desafíos propios del rubro, como el aumento de la competencia y jugadas desleales, a pesar de ello, descubrieron cómo abordar la situación y superar la adversidad. “Ampliamos nuestras categorías de reciclaje e investigamos otros géneros que podemos agregar. Nos esforzamos por ser pioneros en brindar atención inmediata y cordialidad”. Su enfoque en la calidad del servicio y su búsqueda constante de innovación les ha permitido mantenerse a la vanguardia y vencer los obstáculos.

Esta experiencia de emprender en un país diferente ha sido una revelación para ellos. Han descubierto su capacidad de adaptación y han aprendido a explorar nuevas oportunidades. “Prestamos atención a lo desconocido y lo abordamos con la convicción de que lo lograremos de manera excelente”. Una actitud valiente y resiliente que sirve de ejemplo para todos aquellos que buscan transformar sus sueños en realidades palpables.

Lisdrely, con entusiasmo, compartió su panorama y destacó el apoyo del sector gubernamental para promover, educar, y aprobar proyectos que causen un impacto sustancial en el medio ambiente, en pro de reducir los efectos de la contaminación.

“Yo veo el futuro de la industria del reciclaje en Chile muy bien proyectado, ya que los chilenos son muy conscientes, tienen una excelente cultura”.

Pero su labor no se limita solo a Chile. Ambos tienen una visión clara de cómo su trabajo puede servir como ejemplo en Venezuela para promover la cultura del reciclaje y la protección del entorno que nos rodea.

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“Todo lo que aprendo aquí de manera positiva lo llevaré y transmitiré en mi país. Aunque amo este lugar, considero regresar, ya que mi lugar favorito es mi nación y sé que todos los que emigramos conocimos cosas positivas fundamentales para sumar cambios culturales y económicos al regresar”.

Meta esperanzadora

Consejeros natos, no dudaron en brindar palabras de aliento y sabiduría a aquellos que desean emprender en el área del reciclaje de materiales. “Lean mucho sobre este tema, lean con ansias de aprender, y así conseguirán más de lo que creen ser capaces de hacer. Superarán sus propias expectativas. El mundo de Internet es un universo y allí encontramos herramientas para descubrir cosas ingeniosas y, lo mejor de todo, crear cosas que el mundo agradecerá”.

Lisdrely y Luis no se conformaron con quedarse en su zona de confort. “Nuestros planes ahora son buscar un área con mayor demanda, que no esté atendida y que requiera mayor apoyo en el reciclaje”. Su meta de expansión se dirige hacia Iquique, un lugar cuyo nombre, proveniente del aymara, significa “lugar de sueños” o “lugar de descanso”. En cada palabra pronunciada por esta pareja inspiradora, se respira la promesa de un futuro próspero.

A pesar de ello, el camino hacia el éxito no ha estado exento de desafíos y sacrificios. En ellos la añoranza hacia Venezuela aún está latente y siempre la visualizan en su mente. “Lo que más extraño de Venezuela es el clima, sinceramente. Casi lloro al recordarlo”.

La historia de Lisdrely y Luis es un recordatorio conmovedor de que los sueños pueden florecer en tierras lejanas y que el coraje y la perseverancia son las herramientas que impulsan el éxito. Su emprendimiento en Valdivia es un testimonio viviente de cómo el espíritu venezolano puede romper barreras y dejar una huella positiva en el mundo.

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