Beatrice E. Rangel: Las lecciones que nos da Paraguay

Beatrice E. Rangel: Las lecciones que nos da Paraguay

Las elecciones presidenciales en Paraguay trajeron un rayito de luz en los encrespados nubarrones antidemocráticos que se ciernen sobre América Latina. Porque si bien no hubo alternancia en el poder entre fuerzas políticas, el sistema democrático iniciado con las constitución de 1992 salió fortalecido al reconocer Acevedo y Alegre la victoria de Pena de manera inmediata. Con ello estaban apuntalando el sistema democrático porque como me confiara una vez Andrew Young en Haití cuando observábamos las elecciones : “la democracia la hacen los perdedores no los ganadores porque solo los perdedores pueden dar credibilidad al sistema”.

También nos ensenaron los paraguayos unas cuantas lecciones que es necesario recoger.

La primera es que el conservadurismo o derecha Latino Americana es antiyanqui. El presidente electo en sus primeras declaraciones dijo haber derrotado a Estados Unidos y a la CIA. Esto en clara referencia a las sanciones impuestas por el gobierno norteamericano al expresidente Carles y el exvicepresidente Velazquez. La oposición a Estados Unidos será entonces una de las características de la administración Pena cuyo jefe refleja las categorías de pensamiento medieval en las que la ley solo se aplica al tercer estado que son los ciudadanos comunes. Los miembros de las elites están exentos de cumplir la ley y si algún poder se los demanda hay que combatirlo. En este caso los departamentos de Justicia y del Tesoro de los Estados Unidos llegaron a idénticas conclusiones sobre el tipo de negocios que los sancionados operaban y que, pese a su éxito, contravienen las leyes y convenciones internacionales d combate a la corrupción y al crimen organizado transnacional. Pero para el espacio conservador de Paraguay el hecho de haber sido altos funcionarios los exceptuaba de las sanciones.





En segundo lugar, aprendimos que el pueblo paraguayo realmente estaba a favor de un cambio. Si uno suma los votos obtenidos por Acevedo (42%) y Alegre (28%) Pena no hubiera coronado victoria con el 43% de los votos. Esto nos lleva a la tercera lección.

Cuando se esta confrontando las fuerzas del status quo y el soberano demanda cambios hay que dejar a un lado los matices ideológicos o de visión política para confrontarlo de manera contundente con una coalición fuerte. No fue el caso de Alegre y Acevedo quienes prefirieron abrirle las puertas a la continuidad a unirse de manera seria en una coalición.

Por ultimo. La sociedad civil paraguaya les ha dicho a los políticos que deben aggiornarse. Aun cuando las encuestas indicaban que la sociedad civil deseaba un cambio las plataformas y la narrativa de casi todos los partidos políticos era muy parecida. Ante la crisis hay que fortalecer al estado. Eso es lo que ha venido haciendo el partido Colorado a lo largo de tres décadas. Por tanto, para al sociedad civil no era perceptible la diferencia entre la opción del gobierno y las de la oposición. Y todos sabemos por miles de estudios de opinión que cuando las opciones se asemejan, la sociedad civil termina eligiendo a la mas veterana. Y la más veterana es el partido Colorado.

Pero la más importante es observar que la democracia paraguaya llegó para quedarse y que continuara desarrollándose sin mayores sobre saltos.