Daniel Infante, a seis años de recibir un balazo que lo dejó inmovilizado, sigue luchando por su vida

Daniel Infante, a seis años de recibir un balazo que lo dejó inmovilizado, sigue luchando por su vida

 

Seis años han pasado de aquel episodio donde la vida de Daniel Infante cambió por completo.





Por Jesús Quintero / / Corresponsalía lapatilla.com

De ser un joven que luchaba por sus sueños, estudiaba en la Universidad de Los Andes, también trabajaba en la estatal Tromerca de Mérida, a quedar en cama sin movilidad ni poder hablar.

Fue aquel 24 de abril de 2017 cuando ocurrió el primer “plantón” contra Maduro y en el que la sociedad civil de Mérida salió masivamente a la calle a respaldar la acción nacional que convocó la oposición, y que se extendió por varios meses ese año, dejando heridos y víctimas fatales.

Una de las víctimas de aquel día fue Daniel Infante, quien con apenas 24 años, sin ni siquiera haber participado en la acción de calle, pues retornaba de su jornada laboral y entraba a su residencia, fue alcanzado por una bala que lo condenó de por vida.

“Un poco más de cinco meses pasó recluido en el Hospital Universitario de Los Andes con pronóstico reservado, y otro mes más en el Seguro Social. Luego Daniel pudo regresar a su casa, pero con giro por completo que dio su vida, sin poder depender por sus propios medios para moverse”, contó su mamá, Olga Zambrano.

Tras un largo camino lleno fe y fortaleza, la recuperación de Daniel iba avanzando con algunos signos de mejoría.

Sin embargo, tiene ya casi 2 años sin recibir sus terapias. El alto costo de los medicamentos, pañales, toallas humedas, centros de cama para sobrellevar la situación de Daniel, ha sido una carga económica fuerte para su familia.

“Como pasa el tiempo, llevo ese tiempo aquí dedicada a él, este es ahora mi mundo. Solo le pido a Dios que él siempre tenga un motivo para seguir sonriendo”.

Varias campañas a través de redes sociales han realizado sus familiares para encontrar recursos a través del apoyo de particulares y ONG que permitan cubrir los gastos y altos costos de los tratamientos que requiere Daniel para su recuperación, pero no ha sido fácil.

La situación económica para todos es compleja. Sin embargo, no pierden la fe en Dios y, sobre todo, el amor por este joven para que tenga una mejor calidad de vida.