Un nuevo intento de nombrar presidente libanés fracasa entre tensiones políticas

Parlamento libanés. EFE/EPA/WAEL HAMZEH

 

 

 





 

El Parlamento libanés volvió a fracasar hoy a la hora de nombrar a un jefe de Estado, su noveno intento fallido en una sesión celebrada en medio de un pico de tensión entre dos de las principales fuerzas de la fragmentada Cámara.

En la votación de hoy, 39 de los 105 diputados presentes en el hemiciclo optaron por el voto en blanco y otros tantos respaldaron a Michel Moawad, hijo del asesinado expresidente libanés Rene Moawad y contrario al poderoso grupo chií Hizbulá.

Una vez más, Moawad, el candidato más votado, se quedó muy por debajo de la mayoría absoluta establecida en 65 requerida para ser nombrado, mientras que una miríada de otros nombres recabaron un número insignificante de apoyos cada uno, quedando abocados a la irrelevancia.

Entre ellos, se depositó un voto por el activista antiapartheid y primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, que se contó como nulo, como ocurrió en las dos sesiones anteriores con sendas papeletas simbólicas por el expresidente chileno Salvador Allende y el mandatario electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

La votación de hoy se produjo en medio de un rifirrafe entre dos de las principales fuerzas parlamentarias: Hizbulá y su aliado Movimiento Patriótico Libre, del último presidente libanés, Michel Aoun.

Poco antes de que expirase su mandato el pasado 31 de octubre, Aoun trató de disolver el Gobierno que está en funciones desde hace casi seis meses para evitar que asumiese los poderes presidenciales durante el vacío en la jefatura de Estado y concentrase demasiadas potestades.

Sin embargo, el Parlamento respaldó la permanencia del Ejecutivo interino de Najib Mikati, quien había prometido no convocar al Consejo de Ministros excepto en caso de extrema urgencia.

Por primera vez desde su entrada en la interinidad, el Gabinete se reunió el pasado lunes para aprobar una serie de puntos relacionados con el sector sanitario o de las telecomunicaciones, una decisión que enervó al Movimiento Patriótico Libre, cuyos ministros boicotearon la sesión.

El líder del partido cristiano, Gebran Bassil, calificó la sesión de “inconstitucional” y de “ataque premeditado” contra la Presidencia, al tiempo que cargó duramente contra Hizbulá por respaldarla y le acusó de utilizarla para presionar a su formación en relación a la elección de un jefe de Estado.

En un gesto poco común, la formación chií respondió hoy públicamente a Bassil con un comunicado en el que defendió su postura, si bien mantuvo una actitud conciliadora y llamó a su aliado a dialogar en privado.

La coalición de Hizbulá y el Movimiento Patriótico Libre perdió la mayoría en el Parlamento tras los comicios del pasado mayo, pero todavía cuenta una importante representación y su decisión de votar en blanco ha impedido hasta ahora la elección de un jefe de Estado.

La tensión entre ambas formaciones podría cambiar el tablero en el Legislativo, que se volverá a reunir el próximo jueves para su décima votación presidencial y que se encuentra en un claro punto muerto.

EFE