Estudio sugirió que drogas psicodélicas derivadas de hongos podrían usarse para la depresión

Estudio sugirió que drogas psicodélicas derivadas de hongos podrían usarse para la depresión

Un hongo mágico creciendo en la naturaleza.

 

La depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la padecen aproximadamente 280 millones de personas. Y si bien existen tratamientos seguros y eficaces contra este y otros problemas de salud mental, muchas personas no son debidamente diagnosticadas y en consecuencia no son tratadas como corresponde. O bien existen obstáculos que dificultan la adherencia a los tratamientos.

Por Infobae





Se estima que 100 millones de personas en todo el mundo tienen depresión resistente al tratamiento, definida como un trastorno depresivo mayor que no respondió al menos a dos tratamientos antidepresivos. Aproximadamente la mitad de los afectados no pueden realizar las tareas de su vida diaria.

Ahora, investigadores de la Universidad de Oxford probaron con éxito la psilocibina, una sustancia que compone a los llamados hongos mágicos, en más de 200 personas con depresión resistente al tratamiento, una forma grave que no mejora con los medicamentos disponibles o la terapia actualmente autorizada.

Al parecer, el compuesto psicodélico puede ayudar a aliviar la depresión severa cuando se combina con la psicoterapia, según el ensayo que aumenta las esperanzas para las personas que no responden a los antidepresivos existentes.

Casi un tercio de los pacientes con depresión severa que participaron del estudio entraron en remisión rápida después de una dosis única de 25 mg de psilocibina seguida de sesiones de terapia, cuyo objetivo era ayudar a los pacientes a identificar las causas y las posibles soluciones a su depresión, según dijeron los investigadores.

Los resultados del trabajo fueron publicados en el New England Journal of Medicine y los investigadores ya avanzan en la Fase II del estudio. Foto: Cortesía.

 

Los resultados del ensayo clínico más grande realizado hasta la fecha sobre la psilocibina y la depresión fueron descritos como “excepcionales” por el profesor Guy Goodwin, director médico de Compass Pathways, la firma de salud mental que dirigió el ensayo realizado en 22 sitios en el Reino Unido, Europa y el Norte de América.

Goodwin señaló que “las tasas de respuesta en este grupo con depresión resistente al tratamiento suelen oscilar entre el 10 y el 20%”, y agregó: “Estamos viendo tasas de remisión a las tres semanas de alrededor del 30%, ese es un resultado muy satisfactorio”.

El doctor James Rucker es psiquiatra consultor del South London and Maudsley NHS Foundation Trust, que trabajó en el ensayo en el King’s College London, y remarcó que la depresión resistente al tratamiento representaba una carga “asombrosa” para los pacientes y quienes los rodeaban, con un costo total para el Reino Unido de 3.900 millones de libras esterlinas al año.

El ensayo clínico de Fase IIb reclutó a 233 pacientes con depresión resistente y los asignó al azar para recibir una sola cápsula de 1 mg, 10 mg o 25 mg de psilocibina sintética.

Los resultados del trabajo fueron publicados en el New England Journal of Medicine, y los investigadores aseguraron que pese a la prometedora evidencia preliminar, “se requieren ensayos más grandes y prolongados, incluida la comparación con los tratamientos existentes, para determinar la eficacia y seguridad de la psilocibina para este trastorno”.

Los investigadores avanzan ahora los ensayos de Fase III en el que buscarán probar la seguridad y eficacia del compuesto en un grupo más grande de voluntarios. Planean terminar estas pruebas dentro de tres años, antes de pasar sus datos a los reguladores de medicamentos del Reino Unido, Estados Unidos y Europa. Si se aprueba, esperan que el medicamento pueda lanzarse en la próxima década.

La psilocibina es el principal ingrediente activo de los hongos mágicos. Dentro del cuerpo, se descompone en una sustancia llamada psilocina, que libera ondas de neurotransmisores en el cerebro. Las resonancias magnéticas mostraron que la actividad cerebral se vuelve más caótica con psilocina, con diferentes regiones del cerebro “hablando” entre sí más de lo habitual.

“Eso puede parecer algo malo, pero no lo es -señaló Rucker-. Eso sucede todas las noches: cuando las personas sueñan, su cerebro se vuelve más plástico, un poco más caótico, y es allí cuando se forman nuevas conexiones”.