Lapatilla
Oxana vino al encuentro de Gabriela. La miró y sonrió. En un arrebato, la abrazó. Se entrelazaron en un sentido y largo apretón, sin tiempo, en silencio, como cuando se funden dos seres que necesitan encontrarse, sabedores además de que más nunca volverán a cruzarse.
Por: El Nacional
Oxana le contó a Gabriela cómo los rusos llegaron a Ucrania y le robaron la comida de sus huertos, le pidieron los documentos, y cómo ella los enfrentó.
“A qué han venido a nuestras tierras y casas, ¿a saquear?”, los increpó.
“Regresen a su país”, agregó.
Los rusos no le contestaron.
Puedes leer la nota completa en El Nacional