Para algunas personas las comparaciones pueden resultar molestas, incluso ofensivas, pero cuando se trata de “Derechos Humanos” y de examinar los hechos para que estos “no vuelvan a ocurrir” simplemente se hace necesario el comparar, tanto personas, como épocas y acciones.
En 1945 durante el mes de abril las tropas aliadas entraron en el campo de concentración de “Buchenwald” dónde fueron recluidos Miles de personas entre las que se encontraban “Judíos, gitanos, prisioneros de guerra, y opositores al gobierno nazi”, lamentablemente muchos de estos recluidos no sobrevivieron a su cautiverio, se estima que más de 50.000 personas perdieron la vida en este campo de concentración.
Las atrocidades encontradas en este sitio que estuvo dirigido por el matrimonio de “Ilse y Karl Koch”, fueron tan gigantescas que las tropas aliadas hicieron que los habitantes alemanes de las zonas aledañas (como la de Weimar) se formarán en largas filas para que observarán con sus propios ojos las atrocidades de los nazis.
Los civiles alemanes al observar este macabro escenario no hacían más que llorar y sentir vergüenza, pues muchos de ellos se habían dejado engañar por las mentiras de la propaganda nazi (que al igual que la propaganda de Putin en la actualidad) mentía diciendo que se trataba de acciones de seguridad, e incluso se decía que en esos campos se “reeducaba” a los prisioneros. Pero la realidad era totalmente mente distinta.
Fue tanta la desgracia de los crímenes cometidos, que dentro de este campo se encontraron objetos hechos con partes humanas, como lámparas de piel humana, pergaminos con tatuajes, también sobre piel humana, cabezas encogidas químicamente para decorar habitaciones, pisapapeles de partes humanas, (siendo maestros de estás prácticas y técnicas para otros campos de concentración). “Un genocidio y un circo macabro al mismo tiempo” el verdadero trabajo del “matrimonio Koch”.
Lamentablemente en este mes de abril del 2022 a casi 80 años del descubrimiento público de esas macabras atrocidades, se ha vuelto a develar una nueva masacre, un nuevo “circo del horror”, un nuevo genocidio que pareciera indicar que un “nuevo Hitler” anda suelto por Europa paseando a sus lacayos de las “SS” que ahora han cambiado la letra por una “Z” de una “supuesta victoria” que en realidad translada el pensamiento humano a una nueva edad oscura, y donde se puede observar un nuevo “matrimonio Koch” identificando con claridad quien ocupa el papel de “Karl Koch” y donde más temprano que tarde se identificará a algunos altos mandos militares rusos que como una nueva “meretriz de Buchenwald” personifican a “Ilse Koch”.
Esto que se ha descubierto es una causa de dolor y de vergüenza para la humanidad completa, pensar que a estás alturas de la cronología humana se pudiera repetir hechos tan atroces es algo que tiene que hacernos pensar y alzar la voz.
Hoy no solo hay un nuevo “Buchenwald” sino que también hay y debe haber un nuevo “Weimar” pues el mundo vuelve a ver la materialización de los pensamientos más retorcidos de algún gobernante.
Aún en este momento muchas personas que viven bajo las matrices de opinión de dictadores como PUTIN y sus asociados, creen que en Ucrania esto no está ocurriendo, pues se conforman con las falsas noticias que los medios favorables a Putin publican, pero es tarea de todo ser humano trabajar para que está verdad se vea y se escuche en cada rincón del planeta, y de trabajar para que estás atrocidades se detengan y nunca más vuelvan a ocurrir.
La humanidad está con “Bucha”, Venezuela entera está con “Bucha” y con todo el pueblo Ucraniano, y el luto que embarga hoy a los Ucranianos es un luto que el pueblo venezolano también comparte y con el que se hace solidario.
No podemos olvidar a Buchenwald ni olvidaremos a Bucha. Pues estas historias deben ser contadas para jamás volver a repetirlas.