¿Es el desierto de Sahara? ¡No! Es la comunidad de El Silencio en Maturín que vive sin una gota agua

¿Es el desierto de Sahara? ¡No! Es la comunidad de El Silencio en Maturín que vive sin una gota agua

 

 





 

Vecinos de El Silencio en Maturín viven peor que en el desierto del Sahara

 

Como si estuvieran en el desierto del Sahara viven cientos de familias del populoso sector de El Silencio en la parroquia Las Cocuizas de Maturín. Ciudadanos denuncian que desde el pasado 22 de noviembre de 2021 no cuentan son el servicio de agua por tuberías, luego de que la bomba se dañara.

Por: Corresponsalía lapatilla.com

A pesar de que el equipo fue “reparado” hace casi un mes, el suministro apenas duró tres días, porque se volvió a quemar y los técnicos de la hidrológica Aguas de Monagas no han dado respuesta de esta falla. La avería de esta bomba mantiene secos a los habitantes de las 2, 3, 4 y 5, al igual que quienes viven en las carreras 2, 3 y 4, además del sector Chacao.

“Esa bomba está ubicada en la sede del seminario San Juan Apóstol y de ahí son muchísimas las familias que se benefician, pero con este problema nos tienen pasando trabajo. Mucha gente ha abierto las calles tratando de conectarse al tubo matriz, pero a la larga eso va a traer como consecuencia que llegue el agua con fuerza a las casas de todos los vecinos”, expresó Patricia Ramos, una de las tantas afectadas.

 

 

Hacen un llamado a la empresa gubernamental a tomar cartas urgentes en el asunto ya que “no somos camellos”. Se trata de uno de los tantos sectores populares que tiene la capital monaguense donde los habitantes deben sortear diversas calamidades, pues no solo es la falta del recurso hídrico, sino las fallas en la recolección de basura, falta de patrullaje y alumbrado público.

Jesús Pérez, otro vecino de la zona, solicitó a los organismos de seguridad mayor patrullaje nocturno, ya que el diurno y las alcabalas “no sirven de mucho”.

“De noche esto es peligroso, porque los delincuentes hacen de las suyas, se meten incluso en las casas, amordazan a la gente y las roban. Uno llama al 911 y varias cosas pueden pasar: no atienden las llamadas, te dicen que no hay gasolina o simplemente meten el embuste de que van a enviar una patrulla y nunca mandan nada”, expresó Pérez.