Guido Sosola: Scorpius pungit scorpium

Guido Sosola: Scorpius pungit scorpium

Ilustración Julia Croton

 

Principio general, el que le pega a su familia se arruina. Lo invocamos para constatar que alacrán pica a alacrán, como otra de las novedades del régimen que apunta a un indicio de la ruindad del tan curioso como inédito sector político que es gobierno al mismo tiempo que oposición.

Lo que acontece en Avanzada Progresista es propio del sistema que ha judicializado hasta nuestra manera de andar, pretendiendo una mínima racionalidad, pero llama la atención que ocurra con un partido que ha sido un extraordinario colaborador del poder establecido. Por ejemplo, mientras otros se apartaron o dudaron de participar en los comicios presidenciales, Henry Falcón y su partido se enfrascaron en una campaña como la de 2018 en la que, por cierto, fue brutalmente golpeado el diputado Teodoro Campos para nunca más volver a la cámara.





Por supuesto que en la vida democrática del siglo XX, con todas sus imperfecciones, hubo individualidades y partidos satélites del gobierno de turno que, en sana sociología política, no podemos confundir con las distintas coincidencias o alianzas, coyunturales o estructurales, surgidas al calor de un auténtico proceso político. A modo de ilustración, el sorpresivo apoyo parlamentario que le dieron los masistas a la habilitación presidencial de CAP I, o los acuerdos como el de Puntofijo o de la Ancha Base, jamás llevó a hipotecar a las organizaciones que, de un modo u otro, endurecieron sus posturas antigubernamentales.

Por ello, a mis distinguidos amigos académicos, les he animado para que estudien un fenómeno completamente inédito en nuestra historia republicana, como es la existencia, dinámica e inestabilidad de los factores nominales de la oposición que objetivamente contribuyeron y contribuyen al afianzamiento del régimen. Además, traído a colación otro principio general: el diablo paga mal.

Mauricio Duverger ya no sirve para ello, y Giovanni Sartori luce limitado para un asunto que él no podía prever, pero llama la atención que el mexicano Octavio Rodríguez Araujo que ha escrito sobre la derecha y ultraderecha para Siglo XXI Editores (evidenciando así el gentilicio ideológico), deje algunas rendijas teóricas abiertas para tratar del oportunismo, bandidaje y otras prácticas deshonestas aplicables a la mismísima izquierda y ultraizquierda, agregamos, en el poder. Entonces, se puede dar con un buen marco teórico, batir muy bien con las posturas asumidas por Avanzada Progresista (u otra muestra que se desee), observar los costos financieros de una determinada campaña, calibrar los argumentos y las conductas efectivamente asumidas, promediarlas y compararlas con la restante oposición, medir resultados y balancear la supervivencia de los elencos. Es decir, ver que todo esto, lo de un partido que ahora se pica a sí mismo, como algo quer no es algo anecdótico.