Beatrice E. Rangel: ¡Y se cayó un puente en Pittsburgh!

Beatrice E. Rangel: ¡Y se cayó un puente en Pittsburgh!

El estrepitoso colapso del puente Fern Hollow de Pittsburgh ha expuesto el problema que afecta las economías del hemisferio occidental: infraestructura obsoleta. Y esto ocurre en el momento histórico que el líder de las Américas que es Estados Unidos se ha enfrascado en una encarnizada competencia económica con China, la segunda economía del mundo. Y tal como está la situación China parece haber acumulado más munición que Estados Unidos y ciertamente mucho mas que América Latina para coronar el éxito económico.

Según los expertos en desarrollo es el comercio el factor fundamental del crecimiento económico. Y para que el comercio progrese se requiere que haya caminos, puentes, puertos aeropuertos y edificios de almacenaje. Trenes, botes y automóviles complementan los pilares del comercio. Pero según el Banco Mundial las Américas es la región del mundo en que menos se invierte en infraestructura. América Latina, por ejemplo, invierte 2.8% de su PIB en infraestructura. En contraste, Asia Oriental y el Pacifico invierten 7.7%; Asia Central 4%y el Medio Oriente y África del Norte 6.9%. Estados Unidos por su parte, según el Foro Económico Mundial ostenta la posición trece en materia de infraestructura lo que representa una caída tan vertiginosa como al puente del Pittsburgh ya que en el 2002 ocupaba la quinta posición.

Y aun cuando Estados Unidos continúa siendo el líder mundial en materia de innovación tecnológica su capacidad de innovación esta llenando a las regiones con buena infraestructura de productos y servicios nacidos de esas innovaciones. Este transito irremediablemente va a fortalecer otros sistemas económicos y va a retardar el redespliegue industrial doméstico.





Mientras tanto China continúa su imparable carrera hacia la superioridad económica asistida ahora de las inconveniencias geopolíticas que presenta Vladimir Putin a Occidente en su conjunto y a Estados Unidos en particular. Estas inconveniencias transitan por los costados energéticos en el caso de Europa y de la geopolítica para Estados Unidos. Y representan una distracción en términos del enfoque y despliegue de recursos para el redespliegue industrial de ambas regiones occidentales.

A este percance estratégico hay que añadir la polarización política que ha llevado a Inglaterra a salirse de la Unión Europea y a Estados Unidos a una fase de parálisis que impide la ejecución del mas modesto plan de infraestructura. De manera que el inicio de esta carrera por la supremacía económica pareciera favorecer los horizontes orientales en detrimento de nuestro hemisferio. Porque con una infraestructura creada por Dwight Eisenhower y en el caso de América Latina por la inversión inglesa, americana y francesa al finalizar el siglo XIX no se puede competir exitosamente en el siglo XXI.


Internacionalista; Maestría en desarrollo económico, integrante del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos