Cuba se inflama y Biden somnoliento, por @ArmandoMartini

Cuba se inflama y Biden somnoliento, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Hace ya décadas llegó Fidel montado en un jeep, fusil de asalto en mano y luciendo un rosario alrededor del cuello. Aquellos barbudos salieron triunfantes de las exiguas frondosidades cubanas (no son Humocaro, comentó con dejillo de orgullo un ex guerrillero entrenado en Cuba y derrotado en Venezuela) con un mensaje de revolución que, en corto tiempo, descubrieron falsedad. La única diferencia con Somoza y Trujillo, para sólo citar dos sangrientos asesinos de América Latina era que, se certificaban anticomunistas, enemigos del Moscú de Stalin y el Pekín de Mao Tse-Tung. Por el contrario, Castro, tras visitar Nueva York, hospedarse en Harlem, en solidaridad inútil, inservible; ya la negritud estadounidense tenía Black Panther y al pastor Martin Luther King-, fue a narrar delirios estultos en Naciones Unidas, hasta que Nikita Kruschov y John Fitzgerald Kennedy negociaron retirar los misiles rusos sin pedir la opinión de quienes tenían como objetivo la guerra inútil fuera de Cuba y la miseria dentro de ella.

“Sleepy Joe”, “dormidito Joe”, lo llama burlonamente Donald Trump cuando pretendía su segundo mandato y el anciano de apariencia agotada, se le atravesó con lo que aseguran fue un fraude electoral. Una sorpresa, que está llevando al gigante de la iniciativa, del emprendimiento y poder, hacia un creciente tumor maligno, el socialismo sospechoso de cambios que podrían, de hecho es lo que intentan, modificar el American Way of Life, motor del país, que por vía condescendiente y cómplice de distorsiones procura que los estadounidenses se avergüencen de ser como son.

Despertar y espabilarse porque esa América que Estados Unidos ha considerado aliada, va por un peligroso desaguadero con liderazgos cuestionados y decepcionantes. Para perdurar Fidel no vaciló en encarcelar, torturar y matar a quien se le opusiese, incluyendo amigos; obligar a los cubanos a cortar caña sin saber cómo, mandar tropas y dirigentes a morir por nada en África, las peores selvas latinoamericanas y, cuando no quedaba más por hacer y el hambre amenazaba, en abrir puertas al narcotráfico.





Con miseria, control policial férreo, aprendizaje del régimen comunista de la Alemania más allá del muro, envejeció atenazando a los cubanos y metiéndose con el mundo, incluso halagando a quien, a diferencia de Rómulo Betancourt, lo mandó al carajo cuando envuelto en popularidad y romanticismo de una revolución feroz que todavía no enseñaba dientes y sacaba garras, se dejó envolver por trucos del veterano patrañero y de él aprendió a mejorar sus falsedades, cuando se creyó su relevo.

Han pasado varias generaciones de esclavitud, millones se han escapado prefiriendo arriesgarse a los afilados dientes y ferocidad hambrienta de tiburones caribeños antes que someterse a la falta de generosidad humana de la tiranía cubana. Muchas descendencias transcurrieron creando un sector poblacional donde tienen economía y políticos en dos grandes partidos, congregantes y hasta figuras con posibilidades presidenciales, pero también una semilla que ahora empieza a dar frutos en la Cuba devastada, una prole que ya mordió al oscuro régimen del tercero en sucesión, que saldrá a las calles para mostrar ganas de libertad como vía de salida.

Cubanos decentes, de principios éticos, morales y buenas costumbres ciudadanas están en las calles, mientras el régimen trata infructuoso de contenerlos, no deja de ser ironía en una isla, por un movimiento por la libertad, la democracia y la dignidad llamado Archipiélago.

Tiranías vergonzosas, hacen de la tradicional “puerta trasera” una vía libre a la mediocridad donde pululan no sólo los de tristes cotidianidades, sino dirigentes colaboradores que sostienen la brutalidad izquierdista, el socialismo bolivariano del siglo XXI con represión, injusticia y miseria. Mientras los canallas sienten temor, los cubanos levantan en Cuba las banderas deshilachadas pero contundentes, de los derechos de los pueblos, de los ciudadanos que quieren ganarse el futuro en libertad.  

China traga grueso pero haciéndose cada día más presente, abriendo con “paciencia” la nueva ruta de la seda. Rusia, gruñe como gigante que fue, y continúa trabajando sin parar para volver a serlo. Es hora de comprender que el entumecido somnoliento tiene bajo su mando la primera potencia; que no por democrático y comprensivo puede permitir que la región de la cual le llegan miles de asilados día tras día se le vaya de las manos. Está dejando Washington de obsequio a populistas, necios, inútiles y todos de muy bajo nivel. 

El régimen cubano tiene miedo, pánico, porque el ciudadano lleva tiempo en silencio y es hora de reclamar libertad y decir lo que piensa, plantando cara a una tiranía feroz, sin conciencia ni éxito pero armada e implacable; de seguidas una minoría de venezolanos acudirán a unas elecciones castristas en las cuales nadie cree por estafadoras, amañadas y fraudulentas. 

@ArmandoMartini