“Los niños ya no tendrán su Navidad”: Nueva Antioquia y su lamento por la captura de Otoniel

“Los niños ya no tendrán su Navidad”: Nueva Antioquia y su lamento por la captura de Otoniel

La población asegura que no era difícil saber quién donaba los detalles. Para ellos la presencia del Estado es nula y el único que se preocupaba por su bienestar era Otoniel. – Foto: getty images

 

Mientras gran parte de Colombia celebra la caída de uno de los narcotraficantes más peligrosos en la historia reciente de Colombia, SEMANA conoció el dolor que se siente entre la comunidad de Nueva Antioquia. Solo 77 kilómetros separan a este corregimiento de Necoclí. Basta recorrer dos horas por carretera y se llega al lugar donde Dairo Úsuga, alias Otoniel, es considerado un guerrero del pueblo, que según muchos de sus pobladores “simplemente tenía una ideología diferente a la maquinaria del estado”, pero que siempre veló por el bienestar de su comunidad.

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En fechas especiales como el Día de la Madre, la Navidad o las fiestas de San Isidro, él estaba presente. “Llegaban camiones cargados de regalos y los hombres que traían el recado simplemente decían: es del jefe. No preguntábamos más porque ya sabíamos de quién se trataba”, dice una de las lideresas de la población, quien teme identificarse por temor a represalias de las autoridades de la zona.

Sin importar las creencias religiosas que se tengan, sus habitantes tienen gran afecto por este hombre que en muchas regiones, donde por él se derramó sangre, dejó dolor y abuso sexual infantil a su paso, por nombrar algunos de los argumentos que dio el Gobierno nacional al catalogarlo como objetivo de alto valor y peligrosidad.

El Día de la Madre enviaba, según ellos de sorpresa, un grupo musical, flores y muchos regalos, lo que generaba felicidad a Nueva Antioquia, pero aseguran que no tanta como cuando el recado eran útiles escolares y regalos para los niños. “No era cualquier regalo, eran patinetas de las buenas, carros eléctricos, bicicletas, no es como regalan carritos y muñecas de esas de que compran en los baratillos de todo a mil”, dicen indicando que lo que Otoniel buscaba era que los niños que allí viven no sintieran que tienen menos oportunidades que los hijos de aquellos que crecieron en “la alta sociedad”.

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