¿Qué pasó con el anclaje de las monedas?
Un respetado y reputado economista venezolano ha declarado que se “debería crear otra moneda (distinta al bolívar) y anclarla al dólar”. Sobre el particular escribí lo siguiente en un artículo titulado “Rompecabezas” publicado el 4 de octubre de 2018 en la red “linkedin” y recogido en el “Tomo II” de la colección de “Termómetro Económico”: “el anclar monedas a patrones (materias primas) fue superado en el mundo. Y con razón: fue debido a la guerra de Vietnam ciertamente. Sin embargo, si una economía crece y la materia prima a la cual se ancla su moneda se mueve de forma independiente a la realidad económica del país en demanda y precio, precisamente por la inversión en otras áreas ¿no estorba el ancla? En esa oportunidad también aclaré que el bolívar soberano y el fuerte, todos han estado siempre de una u otra forma anclados a la economía venezolana y a la capacidad de su gerencia pública de generar confianza y expectativas positivas. En lugar de estar buscando anclajes artificiales, concentremos esfuerzos en los anclajes naturales (la confianza y la producción del país). Yo le pregunto a aquellos que andan buscando anclajes o dolarizar salarios, o terminar de dolarizar la economía en su totalidad ¿de dónde va a sacar la plata el gobierno para sostener la diferencia que se genera entre el sostenimiento del anclaje y los ingresos públicos? No se puede dolarizar porque no hay plata para eso ¿con qué se van a pagar los salarios públicos? Tal medida requiere financiamiento internacional y no es sostenible sino a muy corto plazo ¿Por qué el anclaje al “petro” no ha dado pie con bola? Por la misma razón SE REQUIERE UN MÚSCULO FINANCIERO EN DÓLARES PARA SOSTENER UNA MEDIDA COMO ESA Y NO ES SOSTENIBLE.
¿De dónde viene el valor de la moneda?
El 22 de junio de 2018 se publicó en la página Web del diario Notitarde un artículo titulado “Manzanas y monedas caídas. Economía sin gravedad” y recogido en el “Tomo I” de la colección de “Termómetro Económico” donde expresé lo siguiente: “lo importante es entender que la moneda (el signo monetario), por mucha técnica matemática que le apliquemos (aumento o disminución de tipos de interés y disponibilidad de masa monetaria, por ejemplo) termina siendo un receptáculo, un constructo, una representación. En cierto grado, una resultante del funcionamiento de una sociedad. Es un espejo. Ella se soporta de nuestras expectativas, de nuestras decisiones, de nuestra cultura, de nuestro amor propio como sociedad, de nuestra forma de hacer las cosas, de nuestro auto-reconocimiento. También, de nuestra relación con el universo y de nuestras relaciones con los demás, de lo que decimos, de lo que hacemos, de lo que no hacemos, de nuestra fe (el dólar salió del patrón oro y reza “en Dios confío”), de nuestra capacidad productiva, de nuestra identidad, de todo. Y te pregunto, ¿cómo estamos en esos temas? ¿En todos? Luego están las políticas cambiarias que sirven para estimular importaciones (sobrevaloración monetaria) o estimular la producción y exportación (subvaloración monetaria) con diferenciales controlados”. Espero haber aclarado este asunto de la dolarización de los salarios, de la economía y el tema de los anclajes. Feliz semana querido lector.