En medio de los crecientes casos de coronavirus y los CDC instando a las personas a posponer los viajes durante la Navidad, el aeropuerto de Orlando está experimentando su propio aumento en el número de viajeros.
Por: Orlando Sentinel
Los funcionarios del aeropuerto de Orlando esperan cerca de 1.5 millones de viajeros durante las últimas dos semanas de diciembre y la primera semana de enero, eso es aproximadamente la mitad de los casi 3 millones de pasajeros que el aeropuerto canalizó el año pasado durante el período de vacaciones de 21 días.
Para un aeropuerto que se había clasificado como el décimo más concurrido del país antes de la pandemia, eso sigue siendo una multitud.
Esta semana la gran mayoría de los viajeros entrevistados en el aeropuerto dijeron que no se sintieron disuadidos por el riesgo de la COVID-19 o que se sentían cómodos con las precauciones tomadas por el aeropuerto y las aerolíneas.
“Supongo que mi factor de miedo se ha roto”, dijo una mujer que viajaba con tres niños pequeños y no quiso ser identificada por motivos de privacidad. Desde Nueva York, ha volado varias veces este año, incluso para un viaje a Disney World este mes. “Nos estamos aprovechando de esto”, dijo sobre los aeropuertos, aviones y parques temáticos acallados por la pandemia.
El aeropuerto estuvo prácticamente vacío en los meses posteriores al brote de coronavirus, que cerró y oscureció restaurantes y tiendas minoristas a lo largo de los pasillos que se extienden a un cuarto de milla entre los puntos de control de seguridad de la TSA del extremo este y oeste del aeropuerto.
Pero con el regreso de los viajeros que están de vacaciones, incluso la tienda Disney, cerrada durante mucho tiempo en el extremo este, reabrió este mes.
Las aerolíneas han enfatizado las medidas de seguridad para sus aviones que incluyen una limpieza mejorada y un filtrado de aire de gran volumen y alta eficiencia. Un estudio de Harvard a principios de este año encontró que esos pasos junto con el uso obligatorio de mascarillas ha disminuido significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades.
Pero los CDC advierten que viajar puede aumentar el riesgo de contraer y contagiar la COVID-19, y que quedarse en casa es la mejor protección contra la enfermedad.
“Entendemos que los viajeros pueden decidir en función de sus propias necesidades y nivel de comodidad para viajar”, dijo la portavoz del aeropuerto Carolyn Fennell. “Nuestro compromiso es por la salud y la seguridad de quienes eligen viajar”.
El año pasado, el aeropuerto fue un escenario de tráfico estancado que llegaba a las aceras de llegada y salida y la terminal en expansión estaba, según su capacidad, oficialmente abarrotada de gente de pared a pared.
Pero este año, con una multitud mucho menor que la capacidad del aeropuerto, mantener el espacio entre los viajeros generalmente no es difícil.
El aeropuerto tiene 7 millones de pies cuadrados de espacio, con una porción significativa de eso bajo techos altos, mientras que el cercano Florida Mall, en comparación, tiene 1.7 millones de pies cuadrados.
El año pasado, el aire acondicionado y el manejo del aeropuerto se mejoraron para incluir una mejor filtración y esterilización ultravioleta. Más recientemente, se instaló un sistema de monitoreo en aproximadamente 10 puertas como prueba de un sistema que advierte a los viajeros sobre dónde se está produciendo el hacinamiento.
Esta semana, el uso de mascarillas fue casi universal en todo el aeropuerto, excepto en una zona que rodea el patio de comidas.
Hubo un hacinamiento moderado en una pequeña fila frente al Starbucks cerca del puesto de control de seguridad de la TSA del lado este del aeropuerto y en el puesto de control de seguridad de la TSA del lado oeste del aeropuerto.
Esos casos de violación del distanciamiento social se produjeron en un entorno por lo demás espacioso. En el puesto de control oeste, el aeropuerto ha acordonado una gran cantidad de carriles para caminar que conducen al punto de control para facilitar un espacio de 6 pies entre los viajeros.
Sin embargo, los viajeros pasaban por esos carriles solo para agruparse y esperar el control de seguridad de la TSA.
“Tenemos marcas en el piso y hacemos una serie de cosas para indicarle que debe estar seguro”, dijo Fennell. “Solo se puede controlar hasta cierto punto al tratar con la gente”.
Los funcionarios del aeropuerto pronostican que los días de mayor actividad en los puntos de control de seguridad serán el domingo, después de Navidad, con 44,571 pasajeros salientes y el domingo después del día de Año Nuevo con 44,971 pasajeros salientes.