Mireya Segovia: Sr. Ministro de Educación, es con Ud.

Mireya Segovia: Sr. Ministro de Educación, es con Ud.

Sin duda alguna, que el estar usted en el lugar que ocupa hoy en día, al lado de un gobierno corrupto, sin escrúpulos y padre de los momentos más indignos que hemos vivido los Docentes de esta Venezuela, ya maltratada y mancillada en estos 20 años de cuarentena, lo hace estar ciego y ausente de una realidad que no sabemos cuándo termine, pero que anhelosamente guardamos la esperanza.

Sr. Ministro de Educación, nos preguntamos y le proponemos ¿POR QUÉ Ud., no se hace el pago de su  Rol por una vez, en una quincena, con el mísero salario que gana un DOCENTE? y una vez que haya cobrado esa quincena, va a un lugar cualquiera e intenta realizar una compra con ese sueldo.

Indudablemente que Ud., no lo hará Sr Ministro. En primer lugar, porque usted olvido el lugar de donde procede; olvidó además, las tantas luchas y procesos combatidos por el Gremio Docente para tratar de escalar una posición y buscar una perspectiva digna. En segundo lugar, Sr. Ministro, porque usted, hoy por hoy,  saborea gustoso y regocijado las prebendas y lujos que este régimen le ofrece, desde fachendosos automóviles, yates, y hasta la corbata que usa, que en nada demuestran lo que ayer pregonó ser “un docente humilde y sencillo, hijo de una humilde maestra”.





En tercer lugar, Sr. Ministro, porque usted definitivamente, no tiene pusilanimidad personal, ni la más mínima susceptibilidad, por el magisterio  docente venezolano a su cargo. Sr Ministro, queremos hacer de su conocimiento, y sé que soy la voz de muchos de mis colegas, que Venezuela,  será un país libre, y que saldrá como el ave fénix de esta pesadilla; queremos recordarle, además, Sr. Ministro de Educación, que con la limosna emitida a nuestras cuentas nóminas, como BONO DE SEMANA SANTA, compraremos las velas que hayan que comprarse y oraremos para que Dios perdone su accionar, por maltratador y humillante. El tiempo,  y nuestra lucha incansable por lograr nuestra LIBERTAD y alcanzar nuestra dignidad, permitirán en algún momento, restablecer el inmenso daño, que hoy le hace a nuestro gremio docente. Quiero decirle además, Sr. Ministro, que con el valor de sus zapatos, los que carga puestos, hoy una familia de un docente venezolano podría comerse dos o tres comidas dignas, no quiero imaginarme entonces, cuántas familias comerían, con tan solo el valor de uno de los yates que disfruta plácidamente junto a su familia.

Señor Ministro, no es mi estómago el que ahora vomita la indignación que siento, sino el darme cuenta de su proceder; con sus políticas desbastadoras,  aniquiladoras, inhumanas, antiprofesionales, aberrantes, esas, que exponen perfectamente su deseo de “ignorar” la situación del magisterio, para comulgar complacidamente con su régimen y sus adeptos, que lo alejan de una realidad que hasta hace algunos años vivió como Docente.

El amor al poder se apoderó de usted, Sr. Ministro, y lo que ayer veía con los ojos de su extraordinaria madre, también maestra, sacrificada y con verdadera vocación, hoy lo reviste, dando discursillos de una Educación de Calidad que en la circunstancia actual se cae a pedazos sin inclemencia alguna. También quiero recordarle, Sr. Ministro, que sobre el COVID 19 nuestros niños (as), nuestros estudiantes, pueden darle cátedra, porque hay un BEST SELLER que nuestros hijos protagonizan y es la hambruna de las que han sido víctimas.  

Las lecciones,  que usted intenta hacer llegar por vía digital, no llegarán, porque Venezuela, Sr. Ministro, es un país sin electricidad, sin agua, sin redes sociales, sin condiciones mínimas de vida, porque, si bien es cierto, que los desastres naturales no pueden predecirse, los hechos violentos contra la Educación en estos tiempos, son y serán hechos cuyas consecuencias las vivirán la sociedad del mañana, sin remedio alguno. 

Finalmente le recordamos Sr. Ministro, que hoy está entre la suma de oportunistas de este régimen, que esta permeado de poder, pero que mañana Venezuela reaccionará, mejor tarde que nunca