Sí, Marijuana Pepsi es el nombre que le dieron al nacer. Su madre pensó que el nombre la llevaría por todo el mundo, reseña Local 10.
Solo ha hecho dos cambios: tomar el apellido de su esposo y agregar tres letras más al final: Ph.D.
En mayo, Vandyck, de 46 años, obtuvo su doctorado en liderazgo educativo de la Universidad Cardinal Stritch en Milwaukee. Su historia se volvió algo viral esta semana cuando los usuarios de Twitter detectaron su nombre inusual.
¿El tema de su disertación? “Los nombres negros en las aulas blancas”.
Pero en lugar de basarse en sus propias experiencias como estudiante, dijo que estaba motivada por los prejuicios que presenció como maestra en Georgia, cuando una compañera de trabajo se quejó de que sus calificaciones de clase sufrirían ese año basándose solo en una lista de los nombres de sus alumnos.
Los nombres de los estudiantes sonaban negros, dijeron otros maestros a Vandyk.
“Sabía por lo que había pasado, pero no fue hasta entonces que pensé: ‘Probablemente no soy el único'”, dijo.
Entrevistó a estudiantes negros en la Universidad de Wisconsin-Whitewater, donde obtuvo su licenciatura, sobre el impacto que sus nombres tuvieron en su tratamiento por parte de los profesores y cómo su tratamiento afectó su rendimiento académico.
Pronto, ella convertirá sus hallazgos en un artículos para revista, es decir, cuando encuentre el tiempo en su agenda repleta.
Además de obtener su doctorado recientemente, es la directora de un programa para estudiantes universitarios de primera generación en Beloit College en Wisconsin.
Ah, y ella vive en una granja de tres acres en Illinois con su esposo donde cría 15 patos, algunos pollos y dos cerdos, irónicamente llamados Sausage and Link.
Ella es la madre de un hijo de 16 años y es entusiasta de las motocicletas, agente de bienes raíces y dueña de negocios.
Ahora, también es doctora.
“Lo que piensan de mi nombre no tiene ningún impacto en mí”, dijo. “Mi nombre no me hace, y no lo hice”.
Ella nunca ha considerado que su nombre sea un impedimento, pero se “encoge” ante la perspectiva de conocer gente y el inevitable interrogatorio que sigue, dijo.
La autoproclamada introvertida prefiere permanecer bajo el radar y dejar que su trabajo deje un legado.
“Tienen una idea preconcebida de quién era antes de conocerme. Me hizo estar preparada para eso y estas un paso más adelante y tres pasos mejor”.
Cuando no está ayudando a los estudiantes universitarios de primera generación y de bajos ingresos en su educación superior, ni a mostrando casas o en entrenamientos de desempeño, se está preparando su propio yogur o terminando en jarabe de arce.
Además esta segura que puede convencer a su esposo de que se compre una motocicleta también, dijo.
El equilibrio es clave, no se estresa, y definitivamente no fuma marihuana, no bebe Pepsi, ni tampoco alcohol.
De hecho, su primer sorbo de alcohol ocurrió por accidente durante una Comunión durante una misa y se ahogo cuando se dio cuenta de que usaba vino.
¿Son todos sus logros suficientes para silenciar a los críticos que hacen juicios rápidos?
Tal vez no, pero ella lo ha hecho bien.