Konzapata: Esta es la ayuda humanitaria que ya estaba dentro de Venezuela

Konzapata: Esta es la ayuda humanitaria que ya estaba dentro de Venezuela

La empresa privada apuesta al futuro de Venezuela / Foto: Fedecamaras
La empresa privada apuesta al futuro de Venezuela / Foto: Fedecamaras

 

De la mano de Juan Guaidó ha entrado ayuda humanitaria al país. Por vía de la Cruz Roja entrará ahora. Hay esfuerzos simultáneos de la Iglesia Católica y de Organizaciones no Gubernamentales. Esto se ha visto. Lo que no se ve es la otra ayuda humanitaria que ya está en el país. Es la ayuda de las empresas y los empresarios. Si estos no ayudaran, la crisis sería más severa, teniendo en cuenta que el régimen de Nicolás Maduro, como dijo Michelle Bachelet, se niega a reconocer la dimensión de la catástrofe.

Por Juan Carlos Zapata





Es una ayuda que opera de diversas maneras. Pero siempre es el empresario que termina metiéndose la mano en el bolsillo y haciendo el aporte. Hay banqueros, hay aseguradores, hay industriales, dueños de medios, que subsidian en dólares a familias enteras con el fin de retener a los ejecutivos en el país. Y esto tal vez sea visto como un esquema que le interesa a las partes. Sin embargo, más allá de esta fórmula, están las otras ayudas que salvan vidas, que salvan familias, que salvan empleos.

El dueño de un hato, por allá en Guárico, ha montado una escuela para asistir a los hijos de los trabajadores. El hacendado paga dos maestros, aporta los útiles escolares, y de paso, alimenta a los niños.

Un empresario de un medio de comunicación, sostiene un centro que alimenta a 150 personas en el interior del país.

El dueño de una aseguradora mantiene todo un programa de búsqueda de medicinas y alimentos para los empleados y los familiares de estos.

En otra aseguradora se han implementado programas de atención sicológica para enfrentar la crisis. Se ayuda a los niños con útiles y juegos, con juguetes.

También se dispusieron actividades de entretenimiento con el fin de que los trabajadores, que poco tienen que hacer ante la falta de clientes y negocios, se mantengan ocupados.

Los bancos y las empresas con comedores internos han establecido como reto mantenerlos, sin escatimar en costos pese a las dificultades de abastecimiento. Hay inclusive compañías de menor tamaño cuyo esfuerzo es mayor. Ni los problemas de flujo de caja les han impedido seguir alimentando al tren de empleados.

Hay empresas que siguen cooperando con Oenegés dedicadas a la atención directa de personas con dificultades de diversa índole, principalmente enfermedades.

Hay empresas y empresarios que no han interrumpido los aportes a la Iglesia Católica y a iglesias evangélicas que asisten en los barrios a los más necesitados de comida y medicinas.

Los empresarios cambian dólares de las reservas de las compañías. Pero cuando estas ya no disponen, apelan a sus cuentas personales.

Hay bancos y empresas en el que el bono en dólares es usual. En un banco había una reserva en dólares. Esta se está agotando.

Pero quizá la gran ayuda humanitaria de los empresarios sea mantener en funcionamiento las empresas y los grupos de empresas. Un día habrá que reconocer este empeño. Apostando al futuro del país. Soñando con un entorno en el que cambien las condiciones de trabajo.

En términos de mercado, las empresas no valen nada. Los bancos tampoco. Sin embargo, los empresarios insisten en la apuesta por el futuro.