Así afecta la menopausia a la vida sexual

Así afecta la menopausia a la vida sexual

Puede producirse pérdida de apetito sexual en la menopausia

 

Para la mayoría de las mujeres, aunque los estereotipos digan lo contrario, la sexualidad es un pilar importante en la calidad de vida y se relaciona con el bienestar tanto psicológico como físico y social. Muchas mujeres no sólo relacionan la sexualidad con la genitalidad, sino que dan importancia a una sexualidad basada en el afecto. No obstante, diferentes estudios evidencian que la sexualidad sufre cambios con la llegada de la menopausia y, aunque aparezcan diferentes cambios biológicos, las alteraciones sexuales no se explican únicamente con la biología. Así lo reseña abc.es

Los cambios más evidentes que producen la disminución de estrógenos a nivel sexual son, según explica la sexóloga del Instituto Centa, Silvia Cintrano, una disminución de la lubricación vaginal, menor expansión de la vagina por una mayor rigidez de los tejidos, disminución de la irrigación sanguínea y del tono muscular, y reducción de la duración de la fase del orgasmo.





«Todos estos cambios dificultan ciertas prácticas sexuales, tales como la penetración, y favorecen la aparición de molestias por la falta de lubricación. Pudiera parecer que las prácticas quedan completamente limitadas por la concepción coitocéntrica que se tiene de las mismas. A pesar de ello, el abanico de relaciones sexuales que se pueden mantener es considerablemente amplio si se realizan algunos cambios en la manera de relacionarse», comenta la sexóloga Silvia Cintrano.

Mitos sobre la menopausia

La menopausia favorece la aparición de algunas disfunciones sexuales, triplicando la posibilidad de desarrollarlas. Las más comunes, además de la falta de deseo, son problemas de excitación, anorgasmia (o incapacidad para alcanzar el orgasmo) y dispareunia (o dolor coital).

La experta aclara, sin embargo, que estas disfunciones se podrían explicar por las alteraciones hormonales, pero también está influenciada por factores psicosociales. Gracias a la evolución de la sociedad se van desmontando mitos relacionados con la menopausia. En primer lugar, la falta de deseo sexual puede surgir como medida de protección ante experiencias displacenteras, más probables cuando hay una serie de limitaciones físicas (falta de lubricación, mayor dificultad para excitarse, etc.), y no solo como consecuencia de la alteración hormonal. Puede relacionarse con la falta de lubricación y con las prácticas de ciertas posturas que requieren mayor flexibilidad de los tejidos vaginales. La sexóloga recomienda en estos casos incorporar lubricantes artificiales a las relaciones, así como ampliar el tipo de prácticas no coitocéntricas , pues eso ayudará a tener mejores experiencias.

Una de las características de la sexualidad es su plasticidad, es decir, su capacidad de adaptación a las necesidades de cada momento. «Reaprender a relacionarse sexualmente y redescubrir su cuerpo permitirá que las mujeres vuelvan a cuidar ese aspecto de su vida y puedan darle el lugar que tenía antes de vivir la menopausia», añade Cintrano.
Autoestima y confianza

Algunos factores sociales y culturales influyen de forma negativa en la vivencia de la menopausia, aunque algunas atribuciones a los roles van desapareciendo con el tiempo. Por ejemplo, se espera que las mujeres únicamente sean activas sexualmente durante su etapa fértil, focalizándose sólo en la función reproductiva de la sexualidad y menospreciando así las funciones psicológicas y sociales.

Además, el impacto que tiene la modificación del autoconcepto por los cambios físicos (redistribución de la grasa corporal, dificultades para mantener el peso, flacidez…), tanto por la menopausia como por la edad, es de gran importancia. Supone un problema de autoestima y confianza para muchas mujeres, que ya no se sienten igual de atractivas o deseables, por lo que se niegan el derecho a ser sexualmente activas.

Además de los factores personales y biológicos, el tipo de vinculación con la pareja puede tener una gran influencia en la vida sexual. Los problemas de intimidad, una relación descuidada, conflictos de pareja o la situación familiar pueden dificultar las relaciones sexuales, más allá de la aparición de la menopausia.

Sabemos por la OMS que dentro de treinta años habrá más de mil millones de mujeres con cincuenta años o más, es decir el triple que en 1990. Un dato que lleva a la sexóloga a plantear la reflexión: «No hay que olvidar que, dada la esperanza de vida actual, la etapa menopáusica puede convertirse en la que más años abarque en la vida de las mujeres». Además, el conocimiento sobre la sexualidad es cada vez mayor, por lo que se van eliminando estigmas y prejuicios ante las distintas etapas del ciclo vital. Y añade: «pedir ayuda, consejo o información será fundamental para crear una nueva sexualidad adaptada a las necesidades tanto biológicas como psicológicas del momento de cambio que se está viviendo».