Un Laboratorio de Innovación Pública para Libertador, por Julio Castellanos

Un Laboratorio de Innovación Pública para Libertador, por Julio Castellanos

No es ciencia ficción, Tocuyito si puede tener un gobierno abierto, transparente, al servicio de la gente y con sólidos mecanismos de participación ciudadana orientados a resultados. Recientemente tuve la oportunidad de conocer las experiencias de muchos gobiernos locales integrantes de la instancia Mercociudades (instancia adscrita al Mercosur) donde se exponen los más recientes aportes en materia de gestión pública en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, menos Venezuela donde no tenemos ninguna experiencia exitosa que mostrar gracias a la política cuadrúpeda que practica la bota militar.

Entre muchas propuestas interesantes, me pareció destacable la experiencia de un esquema de participación denominado “Laboratorio de Innovación en Políticas Públicas”. La idea, en concreto, es la disposición de espacios de deliberación e intercambio de ideas, con equipos de proyección, conexión a internet, personal de apoyo logístico y acceso a información pública densa para procurar que los distintos actores sociales, políticos y económicos (sindicatos, gremios, asociaciones civiles, grupos estudiantiles, activistas políticos, ONGs y particulares interesados) puedan generar un ambiente permanente de consulta, diseño y evaluación de políticas públicas.

Es un enfoque novedoso, el diseño de una ordenanza, por ejemplo, podría ser objeto de escrutinio y colaboración ciudadana abierta. Todos los actores interesados podrían acceder a información estadística y sobre los fondos públicos disponibles, el acto mismo de gobernar no sería labor de un sabiondo revestido circunstancialmente de alcalde, sino una labor donde todos los ciudadanos nos involucramos, aportamos y proponemos.





Una vez surgidas de ese “Laboratorios de Innovación en Políticas Públicas” los anteproyectos de ordenanzas, de acuerdos, de resoluciones, de iniciativas, los órganos del poder público local con competencia en la materia correspondiente las recogerían con la certeza de una profunda consulta pública y la confluencia de los distintos actores sociales que en esa instancia logran un consenso pre – digerido. Esa es una forma real, medible, concreta, para hacer posible el mandato constitucional de gozar de una democracia participativa y protagónica.

Obviamente, no está en manos de AD ejecutar esta idea novedosa porque en el caso de Libertador somos, por los momentos, la oposición política y por ello nuestra labor es la de proponer soluciones a nuestros incontables problemas. Pero quienes si son gobierno, quienes tienen mayoría en el Concejo Municipal, son los funcionarios llamados a considerar estos mecanismos de participación y gestión modernos para dar las tan esperadas soluciones. Sin embargo, eso implicaría que abandonen sus primitivas y agrestes maneras de tratar a los gobernados donde perennemente creen que en vez de ciudadanos tienen frente a si un pelotón que funciona bajo el esquema “mando y obedecen”. ¿Quieren el respeto de la gente? ¿Quieren ver resultados de gestión aceptables? ¿Quieren gobernar con el pueblo? Pongan en práctica estos modelos de gestión donde el pueblo es quien tiene la voz cantante, donde los ciudadanos plantean sus necesidades y donde Juan Perozo y sus concejales, finalmente, trabajarían.

Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica