Judith Sukerman: Luchemos

Judith Sukerman: Luchemos

thumbnailjudithsukermanHagamos el siguiente ejercicio, fíjese en las expresiones de la gente que está a su alrededor. ¡A los venezolanos nos quitaron las sonrisas!, uno camina por las calles, se monta en el transporte público, o en un ascensor y ve en las caras de la gente preocupación, angustia, desaliento y a veces hasta miedo. Los conductores encerrados en sus carros, manejan violentamente, nadie da paso, nadie frena, nadie es amable.

No hay duda de que esta tristeza colectiva, este sentir generalizado de impotencia y desesperanza, tan extraños en un pueblo de naturaleza alegre, optimista y risueño como el venezolano, es consecuencia de la crisis económica más grave que ha vivido el país en su historia reciente, y de las desastrosas medidas adoptadas por el gobierno en aplicación de un Decreto de Emergencia dictado a trocha y mocha, para supuestamente enfrentar la situación.

Y como si la terrible crisis económica no fuera suficiente, pareciera que avanzamos, empujados desde las más altas instancias gubernamentales, hacia una explosiva crisis política. El desconocimiento por parte del gobierno, a través del Tribunal Supremo de Justicia, de las decisiones y competencias de la Asamblea Nacional, el anunciado desacato a la Ley de Bono Alimenticio para Jubilados y Pensionados y el pretender no dar cumplimiento inmediato a la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, agudizan el malestar que impera en el país.





En tales circunstancias, no podemos menos que decir que estamos en un momento sumamente delicado, las exigencias de Maduro, pidiendo mayores sacrificios al pueblo venezolano, mientras no hay disminución del gasto público, no cesan las donaciones a países aliados, no hay combate ni castigo a la corrupción y los enchufados siguen viviendo con excesos que demuestran las inmensas fortunas que han amasado, pueden detonar un espiral de caos e ingobernabilidad que comprometería seriamente la institucionalidad democrática y la paz de la nación.

La insensibilidad del gobierno, puede interpretarse como una estrategia que tendía consecuencias desastrosas para el país. El pueblo ya percibe que el socialismo no tiene capacidad para enfrentar la severa crisis que lo agobia, Maduro siente el rechazo de la mayoría. El gobierno sabe que está solo y muy débil y por eso trata de parecer fuerte y más poderoso de lo que realmente es.

Martín Seligman, psicólogo norteamericano, experto en estudios sobre indefensión aprendida y su relación con la depresión, hizo el siguiente experimento: armó dos grupos de perros y los metió, primero, en dos jaulas en las que recibían descargas eléctricas a los pocos segundos de sonar una campana. En una de las jaulas, los perros podían subir a espacios donde lograban evitar la descarga, mientras que en la otra recibían la descarga en cualquier parte que estuvieran. Después, en una segunda etapa del experimento, Seligman puso a todos los perros en una misma jaula electrificada de la que podían salir saltando una pared, cuando sonaba la campana, los perros que en la primera etapa había logrado evitar las descargas trepaban la pared con insistencia, mientras que los perros del segundo grupo se echaban al oír la campana y se quedaban apáticos esperando el corrientazo.

Eso se llama indefensión o desesperanza aprendida y surge cuando una persona sufre varios fracasos consecutivos y va perdiendo la energía para luchar, por eso no podemos caer en ese juego macabro, no olvidemos que el 6 de Diciembre la mayoría abrumadora de esta país demostró que quiere un cambio, tenemos que resistir, tener la confianza que de esta vamos a salir, y muy pronto, si luchamos con fuerza y fe.
@judithsukerman /judithsukerman@yhoo.com/ Judith Sukerman CONTIGO