La suavizada línea editorial de El Universal durante gestión de misteriosos nuevos propietarios

La suavizada línea editorial de El Universal durante gestión de misteriosos nuevos propietarios

Edificio sede del Diario El Universal en Caracas / Foto archivo
Edificio sede del Diario El Universal en Caracas / Foto archivo

 

Para demostrar cómo el entonces crítico diario caraqueño El Universal se ha congraciado con el gobierno socialista de Venezuela a raíz de la venta del periódico en julio, basta con analizar el tratamiento informativo del diario al actual desplome en el precio del barril de petróleo. así escribe John Otis/Corresponsal del CPJ para la región andina

La caída superior al 40 % en el precio del crudo venezolano es una nefasta noticia para el gobierno, que depende del petróleo para el 96 % de sus ingresos por concepto de exportaciones y ya se enfrenta al desabastecimiento de alimentos y la inflación galopante. Sin embargo, a los periodistas que cubren la industria petrolera les han dicho que suavicen el tono de sus notas.

El precio del crudo venezolano ha caído de USD 96 a precios inferiores a los USD 60 el barril desde comienzos de año, pero, en vez de decir que el precio del barril de crudo venezolano “se cayó” a USD 57, por poner un ejemplo, los periodistas deben escribir que el precio “se ubicó” en USD 57, señaló Mayela Armas, una reportera de la sección de Economía que ingresó al periódico hace 15 años.

“A diario luchamos contra nuestros editores por estas cuestiones”, expresó Armas en medio de sollozos. “Esto equivale a censura”.

El Universal, que fue fundado en 1909 y todavía es el medio impreso con la mayor redacción de Venezuela, solía ser un acérrimo crítico del presidente Nicolás Maduro y de su antecesor, Hugo Chávez, quien murió de cáncer el año pasado. Su cobertura informativa de temas económicos con frecuencia sobresalía gracias a artículos que se enfocaban en la deficiente gestión gubernamental del sector energético, la incapacidad del gobierno para someter la inflación, y la corrupciónen las empresas estatales.

Pero desde la venta de El Universal a un misterioso grupo empresarial, la mayoría de los columnistas críticos del diario han sido despedidos. EUTV, el incipiente canal de TV por Internet de El Universal que ofrecía una cobertura informativa independiente, ha sido cancelado. Varios periodistas, entre ellos tres de los ocho reporteros de la sección de Economía, han renunciado tras quejarse de que sus editores los censuraban. El 17 de septiembre, Rayma Suprani, una premiada caricaturista de El Universal, fue despedida, según ella por causa de una caricatura que criticaba la manera como el gobierno respondió a varias crisis en el sector de la salud pública.

“Ahora hay una lista de cuestiones que no se pueden tocar”, declaró al CPJ un veterano reportero de El Universal que solicitó el anonimato. “El diario se ha vuelto verdaderamente aburrido”.

El periódico no ha respondido a una solicitud por parte del CPJ para que ofreciera su versión sobre las renuncias y los despidos.

La página de portada, en particular, se ha convertido en un megáfono del gobierno. Durante una visita del CPJ a Venezuela a comienzos de diciembre, las noticias de la parte superior de la portada con frecuencia procedían de entrevistas con ministros del Gobierno.

Si bien El Universal no publica sus cifras de circulación, desde la venta de julio la tasa de devolución de los ejemplares no vendidos se ha incrementado del 12 % a aproximadamente el 25 %, según Eugenio Martínez, periodista del diario encargado de la cobertura de las elecciones. Martínez añadió que El Universal ha perdido unos 250 mil seguidores de Twitter –aunque todavía tiene más de 3 millones–.

El Universal es la tercera empresa privada de medios venezolana que ha sido vendida en los últimos dos años. El canal de TV Globovisión y el grupo de medios Cadena Capriles, que publica el diario Últimas Noticias, fueron comprados por empresarios que, según rumores, gozan de estrechos vínculos con el gobierno. Al igual que El UniversalÚltimas Noticias ha suavizado el tratamiento informativo del gobierno de Maduro.

Como resultado, cada vez es más difícil encontrar en Venezuela medios independientes que sometan al Gobierno a un riguroso escrutinio, de acuerdo con Mariengracia Chirinos, del Instituto Prensa y Sociedad, con sede en Caracas. Chirinos expresó que los medios críticos apenas consisten en los diarios caraqueños El Nacional y Tal Cual, unos pocos medios regionales, y varios sitios web lanzados hace poco tiempo.

Chirinos y otros analistas declararon al CPJ que la venta de El Universal era, quizás, inevitable. El anterior propietario del rotativo, Andrés Mata Osorio, nieto del fundador, se mudó a Nueva York a comienzos de la década del año 2000 y se ocupaba de los asuntos del diario por medio de videoconferencias y poco frecuentes visitas a Caracas.

Durante los gobiernos de Chávez y Maduro, El Universal se ha enfrentado a una campaña de hostigamiento consistente en un boicot de la publicidad oficial, ataques verbales por parte de funcionarios gubernamentales, y restricciones cambiarias que dificultaron la importación de papel periódico. La publicidad del sector privado también se agotó debido a las expropiaciones de muchas empresas y a la crisis económica venezolana. La edición actual de El Universal cuenta con apenas 16 páginas, menos de la cuarta parte de su tamaño anterior.

Epalisticia, una empresa privada de capital de riesgo española formada este año y cuyos inversionistas permanecen en el misterio, adquirió el diario. José Luis Basanta, quien representa al grupo, declaró a Bloomberg que un pequeño grupo de inversionistas con experiencia en los medios, la industria petrolera y el sector inmobiliario pagó menos de USD 22 millones por El Universal. Basanta señaló a Bloomberg que una cláusula de confidencialidad le impedía divulgar la identidad del grupo. A pesar del lúgubre panorama económico de los medios de Venezuela, Basanta sostuvo que el grupo le apostaba a una futura transición política que levantaría las restricciones sobre las empresas de medios.

Por su parte, Carlos Correa, director de la organización defensora de la libertad de expresión Espacio Público, con sede en Caracas, insistió en que no había muchas razones económicas para adquirir el diario. Correa especuló que los nuevos propietarios pudieran estar tratando de que el gobierno de Maduro les otorgara un trato favorable a sus otros intereses empresariales si abandonaban la línea editorial crítica de El Universal y la sustituían por otra progobiernista.

Inmediatamente tras la venta, el nuevo presidente de El Universal, el empresario venezolano Jesús Abreu Anselmi, insistió en que la línea editorial no sufriría grandes cambios. “La libertad de expresión es un valor esencial”, Abreu declaró en una entrevista publicada en el periódico. “No solo seremos críticos del Gobierno, sino de todo aquello que sea necesario criticar”.

Pero salvo unos pocos columnistas críticos que todavía quedan, como Nelson Bocaranda, y notas ocasionales asignadas a las páginas interiores del diario, El Universal ha evitado publicar denuncias de impacto, de acuerdo con varios de sus periodistas. Varios periodistas de El Universal expresaron al CPJ que la censura por parte de los editores y la autocensura por parte de los periodistas se han convertido en la norma.

Martínez se refirió a una reunión con Abreu en la que se le dijo que no informara sobre sondeos de opinión pública que dejaban mal parado al gobierno de Maduro. El periodista añadió que los editores suavizan el tono de las notas y los titulares cuando los reporteros abandonan la sede del periódico.

Juan Francisco Alonso, representante de El Universal ante el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela, afirmó que cree que los nuevos propietarios tienen estrechos vínculos con Diosdado Cabello, quien es presidente de la Asamblea Nacional y a menudo es considerado como el segundo funcionario más poderoso de Venezuela después de Maduro. Alonso sostuvo que en reiteradas ocasiones los editores les han advertido a los reporteros que no escriban sobre ningún asunto polémico que implique a Cabello.

Ni Abreu ni Elides Rojas, director de El Universal, respondieron a las llamadas telefónicas y correos electrónicos del CPJ para que ofrecieran su versión.

Alonso, quien ingresó a El Universal en 1998, afirmó sentirse triste y frustrado. Algunas fuentes ya no le devuelven las llamadas telefónicas porque no creen que el periódico utilizará la información, sostuvo Alonso. De todos modos, Alonso se niega a renunciar y argumenta que no quiere contribuir a que a sus editores puedan suprimir más fácilmente el periodismo independiente.

Por el contrario, Alonso trata de evadirlos. Por ejemplo, sostuvo que había menos vigilancia de lo que se publicaba en el sitio web del periódico, y que a veces aparecían artículos críticos. Al mismo tiempo, precisó, las informaciones poco favorables para el gobierno podían insertarse hacia el medio o el final del artículo en lugar de colocarse en los titulares o en los párrafos iniciales, donde probablemente serían eliminadas.

“Nunca antes había experimentado la censura y realmente no estoy seguro de cómo manejarla”, afirmó Alonso. “Pero estoy aprendiendo”.

 

Original en Committee to Protect Journalists

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