Mientras algunos prefieren esperar las elecciones presidenciales del 2019 para salir de Maduro, varias organizaciones políticas encabezadas por Voluntad Popular hemos propuesto la Asamblea Nacional Constituyente, que es un recurso constitucional que permite la sustitución de los representantes de todos los poderes públicos de forma más expedita y efectiva.
Comenzamos y hemos continuado esta tarea en todo el país con la meta de recabar las firmas y confirmamos que no estamos equivocados: el más reciente estudio de opinión pública de la firma IVAD, con trabajo de campo terminado el 17 de octubre y una muestra de 1.200 entrevistas en hogares, dio como resultado que 70,2 por ciento de los venezolanos está de acuerdo con esta iniciativa y 60,3 por ciento está en disposición de firmar. Ese mismo entusiasmo lo hemos encontrado en la calle. Cada día hay más gente firmando, apoyando nuestra tarea en diversas esquinas de cada sector que abordamos.
No tenemos excusas. Si las encuestas lo dicen, si el clamor de la calle lo exige, si el chavismo está en su peor momento, entonces ¿Por qué posponer el retorno de la democracia a Venezuela? ¿Por qué posponer la recuperación de nuestra economía, de nuestra soberanía, de nuestra libertad?
Un reducido grupo pudiera ver compleja esta tarea. Pero tenemos ejemplos recientes de procesos constituyentes, culminados o en marcha. La ola constituyente de América Latina iniciada en los 90 (Colombia, México y Venezuela) y que culminó con nuevas constituciones emanadas desde la voluntad popular, es el ejemplo más reciente de triunfo de procesos constituyentes. En Oriente los procesos de Túnez y la “Primavera árabe” en Yemen, Egipto y Libia demandaron también Asambleas Constituyentes que les permitieran subsanar sus problemas internos.
Otros son escépticos del árbitro electoral y entendemos las dudas, pero en Venezuela hemos ganado con este CNE varias contiendas electorales como en el 2007 donde logramos el rechazo a la propuesta chavista de la enmienda cuando sectores de la oposición decían que era imposible. También elecciones regionales incluso este mismo año. El CNE no es invencible.
Unos pocos apáticos dicen que el poder electoral no permitirá la recolección de firmas. En estos momentos el terror en las filas del Gobierno es impresionante y anuncian la ilegalidad de las firmas porque “huyen hacia adelante”. Saben que el poder constituyente del pueblo está por encima del constituido y no podrán frenar la arremetida de los venezolanos.
Si logramos que otros factores de oposición y chavismo arrepentido entiendan la importancia de salir prontamente de este Gobierno, de asumir el papel que nos pone la historia, será muy fácil recolectar las 2 millones 835 mil 655 firmas (15 por ciento de los electores inscritos en el REP) para renovar todos los poderes.
Seguiremos recolectando las firmas y la haremos un hecho político que nadie podrá ignorar. Es momento de unirnos alrededor de este proceso que tiene atemorizado al Gobierno. Contra las cuerdas. El CNE está dispuesto a intentar robarnos pero nosotros no lo permitiremos y saldremos a defender los votos con valentía y convicción de triunfo.
@LesterToledo