Un mundo irreal… por @JorgeBarrosod

Un mundo irreal… por @JorgeBarrosod

JorgeBarrosoThumbnailHace unos días, aún tratando de asimilar el altísimo costo de la vida, el desabastecimiento de todo tipo de artículos, los controles, la imparable caída en los precios del barril de petróleo, y peor aún, las noticias que hablan de importación de crudo desde Argelia, situación inédita en la historia de nuestro país, también conocimos el proyecto de ley del presupuesto para el ejercicio fiscal 2015 que, entre otras fantasías, prevé una inflación de entre 25 y 30%. Una bofetada a la inteligencia y dignidad de los venezolanos, considerando que solo en los últimos 10 meses, el aumento generalizado y sostenido de los costos supera el 60%.

Pero no solo la inflación es ficticia en los planes presupuestarios del gobierno de  Maduro. En el papel calculan el petróleo a 60 dólares el barril, y la divisa a 6,30. ¡Semejante improvisación!

No hay que tener una especialización en finanzas para entender que las cuentas del gobierno no están para nada ajustadas a las variables y vulnerabilidad económicas que afrontamos en el país. Sin embargo ellos se empeñan en subestimar la realidad y el buen juicio de los venezolanos.





En el informe se habla de un crecimiento económico por el orden del 3%, cifra que contradice las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, organismo que ha advertido una contracción en nuestra economía de 1% para el 2015. ¡No es guerra económica Nicolás! Es nuestra triste realidad. La sobrevivimos día a día, cuando vamos al supermercado y no nos alcanza el sueldo para comprar lo poco que conseguimos.

Ni las flores de bach, ni la tarjeta de racionamiento, ni el cierre de la frontera, ni la prohibición de vender productos de primera necesidad en la calle, ayudarán a Venezuela a flotar ante la crisis. Se requiere mucho más que medidas apresuradas señor Maduro. La honestidad y las verdaderas ganas de sacar adelante a un pueblo son el primer paso.

Hagamos los esfuerzos sinceros. Cambiemos el modelo. Demostremos voluntad para afrontar con seriedad la crisis económica que nos come en cámara lenta. Asumamos que el petróleo seguirá en caída, para nuestro pesar. Cambiemos el panorama país. Impulsemos nuestra producción nacional y recuperemos la confianza de los inversionistas extranjeros, esos que dejaron de creer en el país por las malas políticas de su gobierno.