Dámaso Jiménez: El captafracaso

Dámaso Jiménez: El captafracaso

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Pedro hizo la cola para acceder al captahuellas, requisito sine qua non para adquirir en adelante los productos regulados de la dieta básica como arroz, leche, galletas de soda, pollo, papel higiénico, café y huevos.

Colocó el dedo como si fuera a votar y fue registrado en el sistema que constata si ha intentado despojar al país de un paquete extra de harina PAN o si pretende desangrar la economía nacional comiendo pollo dos veces a la semana, solo que no estaban todos los productos regulados en los anaqueles sino sus variantes saborizadas en el arroz y las galletas, con vainilla en el café, con arroz en la harina PAN, con fórmulas enriquecidas en la leche y más suavizadas en el caso del papel toilette.





Aparentemente el nuevo aparato de adquisición obligatoria para “algunos” supermercados, limita la compra de los productos básicos durante las semana, esos que aún siguen escaseando y que obligaron a Pedro a hacer otra nueva cola para registrarse en otra captahuella, -otro supermercado, otro captahuella, otra cola-, a pesar que desde la primera vez debió quedar registrado en un sistema infalible con el resto de las cadenas alimenticias. El venezolano común ya se dio cuenta que es el último eslabón de esta cadena alimenticia del madurismo.

El plan económico de la revolución es que no hay plan económico, lo dijo Diosdado Cabello en una de sus brillantes bramadas, o al menos es un plan basado en puros supuestos, como la suposición de que el sacrificio cada vez más inhumano de Pedro bastará para combatir el contrabando que se lleva todos los productos de la dieta básica y la gasolina y la poca dignidad que queda a otros compradores de otros países con economías menos quebradas que la nuestra.

¿Quién le hizo creer a Maduro que las captahuellas son la solución a la crisis de escasez y desabastecimiento de productos así como de su criminal contrabando, cuando pocos meses atrás ya había catalogado de extrema locura la misma panacea intentada por el gobernador Arias Cárdenas?

El presidente evade la realidad y libra su propia batalla imaginaria. Sostiene que no es responsabilidad de las “malas políticas gubernamentales” –cosa que reconoce que existen-, sino de una confusión del pueblo que cree que éste es un problema de Maduro que ha cometido errores en la política económica.

¿Y si no es un problema de Maduro, quién es el hombre que debe dar la cara al país por el colapso real que nos empuja a todos por el barranco?

Maduro insiste en que todo es un asunto de guerra económica pero el DIAN colombiano acaba de verificar en materia de combustible que por la frontera pasan 100 mil barriles diarios de contrabando en las narices de nuestra propia GNB. ¿Cuál gobierno? ¿Cuál guerra? A menos que no quieran reconocer que el enemigo duerme con ellos en Miraflores mientras siguen condenando al país desastre adentro.

Leímos recientemente en un tuit de la periodista @anavillalba el pasado 26 de agosto: “Lo del captahuellas es peor que el marido engañado que vende el sofá. Es como si repartiera los horarios de uso con el amante de su esposa”. Nada más cierto. Maduro no se atreve a mirar siquiera el daño hecho por componentes de la FANB en el tema del contrabando y del enriquecimiento ilícito de funcionarios del actual gobierno.

Si el problema es el contrabando revisen porque se está desangrando el país desde las fronteras con el combustible y los alimentos. Pregúntense quiénes están a cargo de las operaciones. Léanse el libro “La Frontera Caliente”, la investigación dirigida desde Colombia por Ariel Ávila, y dejen de seguir diciendo que el “captahuellas” es un sistema liberador, porque nadie se siente liberado con tamaña miseria.

¿Liberador de qué? Si cada día estamos más entrampados porque existe un desabastecimiento estructural de productos luego de la destrucción a la que sometieron el aparato productivo de la nación. ¿Quién produce en Venezuela cuando todos los dólares se utilizan para que empresas fantasmas importen en el extranjero insumos a veces en estado de putrefacción para recibir mayores ganancias? ¿Por qué los militares se ocupan de la importación y distribución de los alimentos y la gasolina? ¿No es eso un cartel? ¿Qué grupos poderosos amenazarían al gobierno si osaran reactivar la economía y pretendieran hacer cambios estructurales al tema del contrabando y la corrupción?

Digan lo que digan la captahuellas no resolverá el problema y más temprano que tarde generará mayor caos. No hace falta una captahuellas para captar semejante fracaso.

@damasojimenez