Asesores británicos-franceses además de trabajar en reestructuración de pasivos de PDVSA aconsejan a Ramirez de algo demasiado lógico para un connoisseur, que unifique su mercado cambiario, en otras palabras, liberar restricciones y desmontar el control de cambio. Ramirez replica estar de acuerdo en convergencia en uno de los tres tipos de cambio que tiene el cachicorrinco cambiario venezolano, pero mantener el control porque desaparecería el control sobre la gente y sus empresas montado por Chávez en Febrero 2003. Al mismo tiempo, eleva cuatro plegarias al cielo, para que los precios del petróleo brinquen por eventos en Irak, y así financiar su conundrum cambiario de racionar unos dólares que no existen. Cuálesseríanentonces las implicaciones de una convergencia o unificación “cambiaria” del más bizarro esquema cambiario alguna vez utilizado?
Fin de mundo para los administradores del control de cambio, control político, como lo bautizo Chávez en Febrero 2003. Al eliminar el control se perdería el dominio de los ciudadanos que hoy opera a través de las limosnas en divisas administradas con cinco carpetasy respectivas copias, documentos apostillados, fotocopias, juramentos, largas colas, mal funcionamiento de la página web y después calarse el mal trato y la ineficiencia de la banca que tramita las solicitudes de dólares para sus necesidades elementales; tarjetas, viajes, remesas, estudios, salud, etc.El control ciudadano es para el gobierno un mecanismo de sobrevivencia política, que impone un elevado costo de transacción a la economía, a la gente y sus empresas, pero es el precio que la gente paga para satisfacer el régimen de controles que trae la represión política en el mercado cambiario, y obtener la “merecida” limosna cambiaria.
Ese control también se impone a empresarios en su corriente producción de bienes y servicios; así, las subastas que no llegan, los controles ex ante y ex post, la matraca, liquidaciones tardías, deudas, todas las perversiones políticas, financieras y económicas, en fin, colosales costos de transacción que despuésenfrentan militares fiscales administradoresde los puertos y hoy de la dictadura económica que establecióChávez y que administra Maduro. En definitivas cuentas, pagando un “premium” del 40% sobre la tasa SICAD II –de un dólar que no existe- para entrar en un mercado gris con los potenciales costos de ser ajusticiados por un régimen de regalos forajido.
¿Ud. se preguntara amigo lector, cual es el precio de un dólar, para un ciudadano al término de su viacrucis por el dólar, o del empresario estrujado por la maquinaria de los permisos, corrupción y los fusiles? ¿Cuál es el precio efectivode un dólarSICAD I.II, que en teoría se precia en diez bolívares, ocincuenta bolívares? ¿Pongámoslo de manera apropiada, cual es la tasa de cambio efectiva en SICAD I, II?Cuál es el monto de costos de transacción que se suman en SICAD I,II ¿Póngale Ud. el número amigo lector.
Pero sigamos la lógica del control de cambio que penaliza el mercado del dólar y evolución del precio de la divisa y la tasa de cambio desde que Ramirez, después de acabar con PDVSA, impuso a través del SICAD I y II que ha trazado una ruta de devaluación hasta del 550%, y que solo ha traído costos y a depredación del ahorro de la gente y sus empresas, con el resultado neto de inflación, empobrecimiento y descapitalización; colas, racionamiento, y caída violenta del standard de vida, para lo cual solo acerco un indicador básico capaz de mostrar la vorágine de empobrecimiento en curso.
Cuando Maduro se estrena como encargado del gobierno, la canasta básica era adquirida por uno y medio salario mínimo, 15 meses después, esa misma canasta básica, solo puede comprarse con 4 salarios mínimos! Haga Ud. mismo amigo lector, sus propias cuentas y compute la velocidad de su empobrecimiento. Como se dará cuenta, la “inflación efectiva” calculada de esa relación de salarios mínimos y precio de la canasta básica no es de 60%, no de 100%, sino de 290%!
Todo ese desastre socio económico es causado por la devaluación., la cual trae una cadena de causalidad en dos factores, el colosal déficit fiscal cercano al 28% y el agotamiento de la renta petrolera, o petrodólares, dado el impacto que sobre la caja de PDVSA causan, caída de la producción, crecimiento de costos financieros y peso de la deuda contingente, crecimiento de costos de producción de un barril de p[petróleo, el costo económico y financiero causado por los acuerdos con China, Petrocaribe, ALBA, la subvención a Cuba, (Cuba nos pesa el 30% del déficit fiscal) que han amarado ex ante -de generado el precio de realización del petróleo- la exportación de petróleo al ingreso fiscal -y a la corrupción- todo ello en una cadena causal que han desaparecido los petrodólares del mercado cambiario, -reservas internacionales- compuestas en un 98% por petrodólares, el broche que cierra el círculo vicioso depredador del control de cambio para el control de los ciudadanos y sus empresas.