Es un chofer inepto. Sin embargo, se niega a reconocer su ineptitud. Le atribuye su fracaso a la pérdida de “revolución” que sufre la máquina de su vehículo. Cuando no es la máquina le echa la culpa de su contínuo fracaso a los cauchos espichados, a los retortijones intestinales durante su actuación o al sabotaje de la CIA. Su conducta es censurada con razón porque le tira el vehículo encima hasta a sus propios compañeros de equipo. Por eso está hoy esencialmente aislado y solo puede mantenerse donde está por las grandes cantidades de dinero que reciben quienes lo controlan y le permiten seguir manejando el vehículo que lleva en una nalga el nombre de Venezuela.
Yo tengo tiempo denunciando a este sinverguenza por inepto y corrupto. He dicho que no es legítimo porque lo patrocinan con un dinero mál habido, el cual le permite seguir atornillado en el volante. Le he pedido en múltiples ocasiones que se retire, que renuncie, que no siga malgastando los dineros de la nación y avergonzándonos con su presencia en los escenarios mundiales donde lleva a cabo su grotesca actuación. Se deja ver con la bandera de Venezuela cada vez que sale a dar vueltas por allí, lo cual enloda nuestro símbolo patrio, al asociar nuestras siete estrellas con la ineptitud y la ignorancia de lo que es necesario hacer para conducir exitosamente . Sería mejor tenerlo de reposero, pagarle algo para que no haga nada, en lugar de tenerlo semana tras semana regando al planeta con las cagarrutas del fracaso.
Para tratar de justificar su continuada presencia en el escenario donde no debería estar, alega que él no buscó esa posición pero que lo pusieron allí. Dice que fué su patrocinador quien lo quiso tener allí. Para financiar a esta cucaracha en el baile de gallinas su protector utilizó el dinero robado a la nación, dinero que podría haberse utilizado para mejorar el bienestar de los venezolanos. Esta desviación de nuestros recursos para mantener allí a un inepto hacen al patrocinador y al patrocinado no solamente sinverguenzas sino hampones.
Hampones les digo y hampones se quedaran.
Digo que es un sinverguenza porque nadie debería aceptar una posición que está claramente por encima de sus capacidades. No es solo que la persona lo sabe en su corazón sino que se lo estan diciendo todas las estadísticas . El sinverguenza está barriendo el piso con la dignidad venezolana en todos los rincones del planeta, donde se le considera un mantenido y es objeto de risitas y chistes.
Si el sinverguenza se niega a renunciar, que alternativa existe? Presionar con todas las herramientas que tengamos a la mano para que renuncie y no desmayar en nuestra exigencia hasta que renuncie. Pedirle que se vaya, que no siga desperdiciando el dinero de la nación, que pase a ejercer la actividad de reposero, la que mejor le ha cuadrado en el pasado.
Por eso digo hoy y lo diré mañana: ten verguenza y véte ya!! Déjanos en paz!! No sigas enlodando nuestra bandera. Tu no sirves como conductor, a pesar de que lo que te diga el Dr. Pedro Carreño, Chusma cum Fraude.
Pero Pastor se niega tercamente a escucharnos.