En Tiempo Real: Apatía y desunión, los mejores aliados de Maduro por @carlosvalero08

En Tiempo Real: Apatía y desunión, los mejores aliados de Maduro por @carlosvalero08

thumbnailcarlosvaleroEn la historia de la humanidad se repite con frecuencia el fenómeno de élites dominantes incapaces de ver los cambios políticos que terminan sacándolas del poder, independiente del tipo de régimen. Desde las dictaduras más sangrientas, tipo Husseim, hasta democracias imperfectas y autoritarias como la de Fujimori en Perú.

Este fenómeno de sustitución de élites (en nuestro caso cúpulas) está operando aceleradamente en nuestro país. El colapso del modelo ya no puede ser tapado con petrodólares y los efectos devastadores sobre la población no pueden ser minimizados con propaganda, ni desaparecer dejando de publicar las cifras de inflación o realizando interpretaciones torcidas en foros internacionales, como lo hace torpemente Jaua.

Todos los indicadores de pobreza, inflación, escasez y crecimiento de la economía los realiza el BCV y el INE tomando como base el dólar oficial y los precios controlados, cuando en la práctica ese dólar es sólo para los camaradas del partido y la mayor parte de la población compra lo que consigue en los comercios informales a un precio mucho más elevado. Es decir, los números de pobreza, decrecimiento económico e inflación son mucho más elevados.





El cuadro de ingobernabilidad para Maduro tiende a ser cada día peor y las excusas para evadir su responsabilidad menos eficientes. En medio del desespero por obtener la luna de miel que los resultados de abril le negaron, lanzó el famoso y nefasto Dakaso, que terminó siendo una bomba de opinión pública eficiente para ganar alcaldías pero que en pocos días se convirtió en un boomerang porque no resolvió nada y empeoró la situación del comercio y del empleo. ¿Puede fabricar otra bamba para torcer la opinión pública un gobierno debilitado y con baja credibilidad?, no me atrevo a negarlo tajantemente, pero es poco probable.

A Maduro y sus camaradas les queda el expediente del miedo para inhibir a la gente o por lo menos a parte de la élite dirigente. Amedrentar y dividir parece ser la estrategia dominante del Madurismo. Con ello persiguen dos objetivos, bajar la moral del mundo opositor y condicionar la acción política de partidos y dirigentes ante la posibilidad real de ser perseguidos y encerrados y centrar el debate en temas institucionales en lugar de los verdaderos problemas del país. Pretenden crear, desde el miedo y la amenaza, el falso dilema entre calle y protesta versus hacer política seria y ordenada. La realidad es que para superar el actual caos son necesarias protestas que suman y expresen el descontento, así como denunciar y ser solidarios con los compañeros de lucha caídos o presos y asociar la represión a la incompetencia y la crisis cotidiana de los venezolanos.

Observo con preocupación que parte de la élite opositora, leyendo excesivamente los análisis de encuestadores que saben de política, economía, arte, deportes y espectáculos, parece haber comprado el chantaje del gobierno y se muestra poco solidaria con los presos y perseguidos. He leído con asombro que se llega al extremo de decir que Maduro no es más impopular hoy por las protestas o porque Leopoldo está preso. Falso, basta salir de Caracas para sentir la dictadura mediática del régimen, han copado casi todas las emisoras, televisoras regionales, periódicos y a ello sumen las vallas cada 100 metros y el uso y abuso de las cadenas y la propaganda oficial. Maduro no ha caído más rápidamente por el efecto de la propaganda y de los subsidios directos a una parte de la población, vía misiones o mercados.

La tendencia en la caída de la popularidad de Maduro seguirá firme y sostenida, porque él no puede decir a sus bases que en realidad el problema es la herencia del gobierno anterior. Sin embargo, la apatía y la división opositora pueden ayudar a Maduro a pasar el temporal. Si el régimen se convence que puede seguir metiendo presos a todos los dirigentes opositores porque no va a pasar nada, lo van a hacer. Acá necesitamos construir un equilibrio entre la denuncia, la protesta y el trabajo de base. Las conductas en extremo conservadoras no son eficientes en estas encrucijadas históricas. Unidad, claridad estratégica, solidaridad y calle.

El Madurismo está condenado a perder el poder pero ello no ocurrirá por generación espontánea. Evidentemente hacer política en estos tiempos conlleva grandes riesgos para todos, pero ese es el costo de ser político y de construir un mejor país. Los partidos que hacen vida en la MUD tienen que colocarse en la vanguardia del descontento y construir para el ciudadano de a pie escenarios de lucha pacíficos, democráticos y contundentes. He ahí el gran reto de la oposición. Si el pueblo cae en la trampa de la apatía producto de la estrategia oficialista será por culpa de la dirigencia opositora si no logra trasmitir una hoja de ruta consensuada, factible y atractiva.

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