José Vicente Carrasquero: Usted es pobre amigo lector

José Vicente Carrasquero: Usted es pobre amigo lector

Seguramente el título de este artículo le parece exagerado. Pero, si usted vive en Venezuela en este momento, entonces usted es pobre. Aquí la pobreza no la mediremos en términos de ingresos, ni de ahorros, ni en la capacidad de producir, ni en nivel educativo y ni siquiera en nivel socioeconómico.

Vamos a hablar de pobreza en términos de calidad de vida, de oportunidades, de tiempo de calidad disfrutado con la familia, de los momentos en que le asalta la sensación de será víctima de la violencia, del miedo de enfermarse no tanto por la enfermedad misma, sino porque no habrá forma de curarlo, de no saber si el billete que tiene en el bolsillo podrá comprar mañana lo que compra hoy, de no poder convertir el producto de su trabajo en una moneda de verdad y no tener que conformarse con este eufemísticamente llamado bolívar fuerte.

Las dimensiones de la pobreza que propongo siguen. Si los políticos que gobiernan no llegan siquiera a entender la situación por la que estamos atravesando. Si además no les importa que la gente no tenga para comer. Si para ellos no es asunto de importancia que el pueblo sea víctima de la violencia criminal. Si les da lo mismo que los hospitales tengan o no insumos. Si les vale madre que ciudades enteras se queden sin electricidad. Si no construyeron un nuevo reservorio de agua en los últimos quince años. Usted es pobre querido lector.

La pobreza también se expresa en términos de carencias materiales, así usted cuente con el dinero necesario. Si va al mercado y no puede comprar lo que quiere y debe conformarse con lo que hay, si tiene que ir a más dos locales para tratar infructuosamente conseguir el desodorante que siempre ha usado, si cuando va comprar pastillas de jabón le dicen que solo puede llevar una así vivan cuatro personas en su casa, si en su edificio funciona un solo ascensor, si no leyó el letrero de la conserje avisando del corte de agua y se quedó sin bañarse o lavar la ropa, entonces, usted es pobre querido lector.

¿Qué se siente tener el dinero o la capacidad crediticia y que no encuentre carro que comprar? ¿De qué sirve tener esos billeticos de monopolio con que le pagan su salario si no puede planificar una salida en las próximas vacaciones? ¿Y qué de tener un dinerito para la necesaria remodelación del apartamento y que no consiga los materiales requeridos para acometer el proyecto? La triste realidad es que usted es pobre apreciado lector.

Si teme que al vehículo se le dañe la batería o perder uno de los cauchos en los huecos de nuestras ruinosas ciudades, si su vehículo está detenido por falta de repuestos, si se pasaron los kilómetros y no consigue aceite para el debido cambio, si anda con un cristal del vehículo roto por falta de reemplazo, o con el carro chocado porque no se consigue el guardafangos, usted es pobre querido lector.

Si sus salidas se han reducido a los cumpleaños de amigos y familiares, a la celebración de fechas especiales, al cine pero más bien en la tarde para no andar en la calle de noche, si se aterra cuando sus hijos le dicen que van a una fiesta, si ha cambiado sus rutas y horarios por miedo a la inseguridad, si conoce a un secuestrado o usted ha sido víctima de ese repudiable delito, usted es pobre querido lector.

No voy a seguir amargándole la existencia con la interminable lista de indicadores económicos, políticos y sociales de esta Venezuela desvencijada que ha hecho de nuestra calidad de vida un verdadero desastre. Sin embargo, no tengo duda en señalar la responsabilidad de la más perversa de las políticas que se hayan implantado en el país. La ridícula idea de Dietrich de que teniendo petróleo se podía desarrollar un socialismo se ha estrellado con dura realidad del fracaso que ahora nos toca sufrir a los venezolanos en la pobreza.

@botellazo

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