Sobre la portentosa victoria electoral de la oposición en San Cristóbal y San Diego hay una imbécil disputa por su paternidad.
Dependiendo del lado de la acera (calle o voto) se construye el axioma de la razón de ser del aplastante triunfo en ambas alcaldías.
El problema no es el debate, siempre necesario y saludable. Lo grave es discutir neciamente la propiedad de una victoria electoral.
En el triunfo de Patricia y Rosa voto y calle pusieron su cuota, ambas políticas fueron complementarias. Se impone es un balance. Veamos.
1. Los triunfos de Patricia de Ceballos y Rosa de Scarano eran más o menos probables por tratarse de dos municipios con predominio opositor.
2. No por su alta probabilidad eran triunfos seguros, la oposición fue unida electoralmente, pero también con graves tensiones internas.
3. Las diferencias en la oposición crearon un ambiente de incertidumbre sobre la participación suficiente en el proceso electoral.
4. El triunfo fue muy grato, pero lo sorprendente fue la alta participación y ganar con un porcentaje mayor que el obtenido por Enzo y Daniel.
5. ¿Qué permitió la alta participación? En parte, ir unidos. Sin embargo, la unidad es un “plus” que convoca pero no por si sola.
6. La unidad es una condición “necesaria” más no “suficiente”. Se requieren de otros factores en juego que le añadan valor a la misma.
7. El gobierno puso su parte en el triunfo: la desmedida represión como única respuesta a la protesta contra la crisis y los abusos.
8. Pero también hay otro elemento clave: la extensión progresiva del hastío de la población contra un gobierno incapaz y delincuente.
9. El gobierno se mandó por el autoritarismo, destituyó a Ceballos y Scarano, reprimió hasta más no decir y la gente se lo cobró con creces.
10¿Qué hacer? Al voto ponerle bolas para su defensa y política para mejores condiciones. La calle tiene bolas, le falta ingenio y objetivos.