La ideología de las entrevistas en la Venezuela chavista

La ideología de las entrevistas en la Venezuela chavista

Los empleados de Cantv denuncian que para ingresar o ascender en la empresa es necesario aprobar un test ideológico, instrumentado por el departamento de Recursos Humanos / Foto archivo
Los empleados de Cantv denuncian que para ingresar o ascender en la empresa es necesario aprobar un test ideológico, instrumentado por el departamento de Recursos Humanos / Foto archivo

 

La Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) es la mayor empresa de telecomunicaciones de Venezuela, nacionalizada en 2007 bajo el gobierno de Hugo Chávez.

Existe una demanda pendiente generada por sus empleados, quienes denuncian que para ingresar o ascender en la empresa es necesario aprobar un test ideológico, instrumentado por el departamento de Recursos Humanos.





Dicho test consta de preguntas, ensayos cortos, lecturas diarias y culmina con una entrevista con los supervisores. Lo que se intenta identificar es la fidelidad ideológica de cada empleado respecto de la revolución bolivariana. Se incluye, por ejemplo, conocer los lugares donde se produce la primera insurrección comandada, entre otros, por el propio Hugo Chávez, dónde fue lanzado el satélite Simón Bolívar, sobre si creen o no que el país se encuentra en una situación de desabastecimiento y otras cuestiones del mismo tenor.

Es difícil describir esta práctica, pero ronda por la calificación de desatino, aberración o abuso. Tal vez las tres sean adecuadas, si nos abstraemos del contexto en el que fueron generadas. La puesta en marcha de un test -como el que se denuncia- es tan desvergonzado que lleva a pensar cómo se traducen aquellas prácticas en los procesos de selección de personal que conocemos en otras partes del mundo, incluyendo, claro está, nuestro propio país.

En otras palabras, ¿cómo se elige a un nuevo empleado? Hay información objetiva, como formación, experiencia, edad y remuneración pretendida o prevista. Son, lo que podríamos llamar, los datos hard. Pero la averiguación no termina allí, sino que avanza sobre otros terrenos personales; algunos que pretenden ser detectados por los tests psicológicos o bien a través de la entrevista personal. Se intenta bucear entre las predisposiciones y las intenciones, aspectos bastante abstractos e inaprensibles porque incluye el futuro, siempre desconocido. Aquí hay que hacer una distinción.

Una cosa es el concepto de ideología y otra la cosmovisión (Weltanschauung). Esta última se refiere a cómo se cree que es el mundo, cómo lo percibe cada uno y cómo lo valora. Cualquier organización es parte del mundo, por lo que será imprescindible saber qué lugar ocupa en su mente y espíritu el puesto al que aspira. Es probable que coincida con el paradigma que fue construyéndose a lo largo de su vida o no. Detectar estas situaciones no es sencillo y podríamos arriesgar que no hay recetas infalibles porque están atomizadas en cada persona en particular.

De aquí que la selección de personal no es una ciencia exacta y tal vez nunca pueda serlo, con perdón de los cuantificadores obsesivos. Otra cuestión es la ideología, demasiado calificada peyorativamente como la causa de todos los males, hasta el punto que se pretendió considerarla desaparecida, como la viruela.

No fue así, y el caso de Venezuela demuestra que vuelve para ser inoculada con rigor. El caso es que ambas concepciones, la cosmovisión y la ideología, se encuentran incorporadas y a veces ignoradas en cada ser humano pensante.

Tienen formas variadas, algunas muy toscas, otras más sofisticadas, pero siempre están y se reflejan en los actos, en las decisiones y hasta en la elección de los gestos o las palabras que se pronuncian.

De aquí que elegir o promocionar personal no sea una tarea sencilla, y mucho menos si tenemos en cuenta, además, que el atajo es posible en todos los casos. Es de imaginar que una vez conocido el cuestionario, todos los empleados actuales y futuros de Cantv saben qué deben contestar ante cada pregunta, para quedar bien posicionados.

Publicado en el diario La Nación (Argentina)