Cuando las ventanas informativas se cierran

Cuando las ventanas informativas se cierran

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La renuncia de la periodista Cecilia Colmenarez como coordinadora de información de Globovisión deja al desnudo el conflicto informativo en Venezuela.

Pablo Gámez/elTOQUE





“Se han ido cerrando las ventas informativas del venezolano, quedando solamente las redes sociales”, dice la periodista Cecilia Colmenarez, hasta hace pocos días coordinadora de información del canal de noticias Globovisión.

La renuncia de Colmenarez sucedió un día después del blackout informativo que se produjo en Venezuela el pasado 12 de febrero (12f), cuando en Caracas y otras ciudades del país se sucedían manifestaciones en favor y en contra del presidente Nicolás Maduro, además de enfrentamientos entre civiles con la Guardia Nacional y otros cuerpos de la seguridad del Estado.

Colmenarez: “En Globovisión nos habían pedido tener al aire las dos manifestaciones, para que la información fuera equilibrada. Esto sucedió al mediodía. Después, durante un lapso de casi 45 minutos, Globovisión no tuvo al aire ninguna de las dos manifestaciones, ¡siendo el acontecimiento noticioso de ese día en Venezuela!

Las manifestaciones que estaban sucediendo en Caracas y otros lugares del país sencillamente no ocurrían en las pantallas del canal. Y se produjo un silencio informativo”.

Ese silencio informativo, de acuerdo a Colmenarez, no pudo ser justificado por los directivos de Globovisión: “ Varios colegas hicimos el reclamo. Nos respondieron que había sido una orden de bajarle 2 a las manifestaciones. Defendimos nuestra posición, sostuvimos que era la noticia en todo el país y que baje 2 no era sacarlo de la pantalla.”

Globovisión fue uno de los últimos medios televisivos independientes en Venezuela. Su línea editorial, crítica e incómoda, molestó al ex presidente Hugo Chávez. La presión gubernamental terminó asfixiando al canal de noticias, provocando su venta.

“Es así”, alega el ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Asdrúbal Aguiar, “los gobiernos de Chávez y de Maduro han sido expertos en encubrir despropósitos de formas legales. En democracia, a medios legítimos corresponden fines legítimos. Aquí se valieron de un medio legítimo para un fin ilegítimo. Una transacción en apariencia normal para quitarle una ventana a la sociedad democrática”.

“Cuando hicieron la venta del canal, hace 10 meses aproximadamente, varios colegas decidieron irse y otros nos quedamos, apostando a lo nuevo, a lo que venía, pensando que todo cambio siempre trae algo positivo.

Si compras una casa nueva, la quieres remodelar a tu gusto. Y aunque nos prometieron –tanto la vieja como la nueva directiva– que no iba a ver cambios, yo siempre supe que sí los habría. Cambios en la línea editorial, cambios en la programación, pero hasta ese momento no había afectado a la información”, sostiene Colmenarez.

Días atrás, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó la censura informativa “aplicada en Venezuela por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la cual se manifiesta en el trato hostil contra periodistas y medios de comunicación nacionales y extranjeros”. Tampoco es la primera vez que lo hace.

Según la SIP, desde que se iniciaron el 12 de febrero las protestas contra el gobierno de Maduro –han dejado más de una decena de muertos, cientos de heridos y detenidos–muchos periodistas y medios oficiales e independientes vieron afectada su labor, ya fuera por restricciones directas aplicadas por las autoridades, así como por actos de violencia sufridos durante la cobertura noticiosa.

El episodio más destacado en los últimos días fue la revocación de las credenciales a reporteros de la cadena norteamericana CNN en Español, luego de que el presidente Maduro acusara al medio de “envenenar con sus mentiras”. Días antes fue prohibida la señal del canal colombiano NTN24 por “razones de Estado”.

Colmenarez: “El blackout informativo del pasado día 12F es algo que me preocupa. Porque ese día recibimos información de muertes que sí habían ocurrido, además de las imágenes de enfrentamientos entre civiles y militares. ¿Por dónde nos vamos a enterar de lo que está sucediendo? ¡Parece que solamente está quedando el recurso de las redes sociales!”.

Se sabe de medios que fueron comprados por banqueros y gente ajena a lo periodístico. Han cambiado líneas editoriales y dejan entrever el control que persigue ejercer el gobierno sobre los medios de comunicación, hasta llegar a decirles qué información publicar.

CONATEL, el ente regulador de radio y tv en Venezuela, piensa distinto. Ha dicho que todos los medios en Venezuela son libres de trasmitir lo que quieran, siempre y cuando vayan de la mano con la ley. Pero la ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión limita muchas cosas.

“La situación de la libertad de prensa e información en Venezuela la considero grave, y, además, peligrosa”, dice Colmenarez. Para añadir: “Durante los 14 años que llevaba el presidente Hugo Chávez en el poder, se aprobaron leyes, se discutieron normas que han ido en detrimento de la libertad de expresión. Los medios impresos se encuentran en un gran problema porque no cuentan con papel para imprimir. Hay diarios que han desaparecido y otros han tenido que reducir sus páginas. Otros se han visto obligados a elevar sus costos hasta un 35 por ciento para poder imprimir en papel de revista. Y después del cierre de Radio Caracas Televisión, se han cerrado radios, se han comprado medios y las líneas editoriales no permiten la opinión y restringen la información. Ese es el panorama”.

La red social Twitter se ha convertido en una de las principales herramientas para los venezolanos que protestan contra la violencia y el régimen de Nicolás Maduro. Así lo demuestra este mapa del calor publicado por Twitter. En el gráfico se evidencia qué países están hablando de Venezuela y con qué frecuenta. El volumen de los tuits aumentó los días 13 y 15 de febrero cuando las protestas llegaron a su clímax. Tres días después, el18 de febrero, Venezuela volvió a recibir un aluvión de menciones en Twitter.