Capturada la asesina de la embarazada a quien le extrajeron la bebé (Fotos)

Durante siete meses, Yennifer Yuleidy Gómez Acevedo, de 34 años, junto con su hijo de 18, planificó el crimen de su vecina y amiga Nelly Teresa Salazar Ramírez, a quien mató a golpes y después le extrajo de su vientre la bebé que ésta esperaba. lanacion.com.ve / Pablo Eduardo Rodríguez

El crimen, que ha conmocionado a la colectividad tachirense y a las propias autoridades que resolvieron el caso, sucedió en la calle Los Piñuelos del sector 12 de Octubre, área rural del municipio Cárdenas, lugar donde, luego de efectuar exhaustivas investigaciones, las autoridades encontraron este martes el cadáver de la víctima, enterrado en un socavón a escasos 400 metros de su residencia.

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Con el hallazgo del cuerpo y las evidencias que corroboraban que se trataba de la mujer desaparecida desde el 26 de marzo, entre ellas su documentación y ropas, las autoridades del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas armaron el rompecabezas de la extraña desaparición de la mujer en estado de gestación y a quien sólo le faltaba escasamente una semana para el parto.





En un hueco burdamente labrado y escasamente a un metro de la superficie, los detectives desenterraron de una zona boscosa el cuerpo en descomposición y con signos de una rudimentaria cesárea, hecha aparentemente con un instrumento muy afilado.

Luis Monroy, jefe de la delegación Táchira del Cicpc, quien está a cargo de las investigaciones, declaró que el homicidio de la ama de casa fue planificado y orquestado con pasmosa frialdad por su amiga y vecina, quien durante todo el periodo de gestación de su víctima le acompañó a las citas médicas. Incluso, ésta simulaba también estar embarazada, para no despertar ningún tipo de sospecha.

– La victimaria simulaba que se encontraba embarazada. Eso la llevó a fraguar el robo del bebé de su vecina Nelly Salazar Ramírez. Junto con ella, asistía a los controles periódicos prenatales y se mantenía muy al tanto de la evolución de la gestación del bebé, pues según se ha determinado por la declaración de la misma homicida, ésta se encontraba casi al borde de perder a su pareja sentimental, quien le exigía un bebé, pero ante la imposibilidad de quedar embarazada, optó por esperar que la ama de casa llegara hasta la fecha tope para su parto y matarle.

Asegura el jefe policial que “motivado al estrecho contacto entre ambas mujeres, éstas eran muy amigas por la aparente coincidencia del estado de gestación, lo cual le permitió a la asesina planear su muerte y robarle el niño”.

“Yennifer Yuleidy Gómez le había afirmado a su pareja que estaba embarazada, pero ese estado era falso, por ello tomó aparentemente esta decisión, la cual le llevó a cometer el crimen”, explicó.

La extraña ausencia de la mujer, de 28 años, llevó a su esposo, y con quien ésta había procreado otros cuatro hijos, a denunciar su desaparición el lunes anterior, lo que motivó a la Policía científica a practicar una visita a la vivienda de la víctima, así como de su amiga, donde éstos, tras interrogarle por varias horas, establecieron que ésta había sido asesinada el mismo día en casa de su habitual acompañante a las citas médicas.

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La mató con su hijo de 18 años

Las investigaciones efectuadas por las autoridades establecen que pasadas las 9 de la mañana del martes 26 de marzo, Nelly Teresa Salazar fue citada por su amiga y el hijo de ésta, Yofer Peñaranda Gómez, ambos de nacionalidad colombiana, a la casa de éstos, y una vez en ella fue golpeada con un rodillo de madera en la cabeza hasta provocarle la muerte, y posteriormente le extrajeron la criatura, para lo cual utilizaron una hojilla, para cortarle el vientre.

Una vez perpetrado el crimen, la recién nacida fue llevada por la homicida hasta el hospital del Seguro Social, Patrocinio Peñuela Ruiz, donde ésta esperaba presentarla como su hija. No obstante y como suele suceder en casos cuando alguna mujer da a luz fuera de algún centro médico, los galenos de turno le interrogaron e intentaron someterla a exámenes de rutina para corroborar su versión, propuesta a la que ésta se negó y decidió huir del lugar y dejar abandonada a la recién nacida, dijo Monroy.

De acuerdo con el orden cronológico de las investigaciones, la asesina retornó a su hogar y, en complicidad con su hijo, tomó la decisión de deshacerse del cadáver, para lo cual optaron por doblar el cuerpo e introducirlo dentro de un tobo plástico, el cual trasladaron en una carretilla metálica y lo enterraron casi a medio kilómetro de la escena del crimen.

La búsqueda de rastros de sangre a través de Luminol, sustancia que permite la reactivación de sustancias orgánicas del cuerpo humano, permitió precisar a los miembros de la policía científica que dentro de la vivienda de la familia Peñaranda-Gómez se asesinó a la mujer en estado de gravidez, pues a través de varias  pruebas practicadas en algunos utensilios, entre ellos el tobo donde metieron el cadáver, así como una barra de hierro, se hallaron rastros de sangre, lo que les llevó a atar cabos y detener a madre e hijo, como los autores materiales del crimen.

Tras la plena sustentación de las pruebas de tipo criminalístico que comprometen a Yennifer Gómez y a Yofer Peñaranda en el crimen, los investigadores intentan establecer si madre e hijo recibieron ayuda de otra persona, probablemente con conocimientos médicos, por cuanto la cesárea practicada a la mujer embarazada, en una primera instancia, fue realizada por alguien con práctica o conocimientos quirúrgicos.

Sobre el estado de salud de la bebé de la mujer asesinada, ésta se encuentra en buenas condiciones y bajo la custodia de la fiscalía de menores, cuyos titulares han tomado su custodia, pues la infante forma parte integral de las investigaciones en el delito de homicidio que fue perpetrado contra su progenitora.